La aplicación de alguno de estos productos en el rostro consigue que sus ingredientes activos se desglosen y penetren en la piel para que ésta absorba cuidadosamente sus nutrientes
Ahora, la nueva moda consiste en utilizar alimentos fermentados como parte del régimen de cuidados de la piel. Y es que, en términos nutricionales, la fermentación supone una mejora de la salud intestinal, pero en lo que a dermatología se refiere, esto se traduce en una mejora estética general de la piel.
Así, mediante la aplicación de alguno de estos productos en el rostro, se consigue que sus ingredientes activos se desglosen y penetren en la piel para que ésta absorba cuidadosamente sus nutrientes.
Para ello, solo es necesario reunir dos cucharadas de cúrcuma, tres cucharadas de cuajada y una de miel, realizar una mezcla homogénea y aplicarla sobre el rostro. Una vez seca, tras unos minutos, se procede a aclarar bien la cara y los resultados comienzan a notarse en el momento.
De esta manera, el cutis se torna suave, las bacterias dañinas desaparecen, la levadura fermentada actúa como antioxidante y antiinflamatorio eliminando la irritación; y se consiguen los beneficios de un ácido natural como si de un cosmético se tratara.
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