El auge de la Medicina Estética es una realidad. Ya sea por razones estéticas o funcionales, la cirugía estética vive un momento de esplendor, pues sus procedimientos son cada vez más ajustados y sus resultados más prometedores. Sin embargo, hay pacientes que, a pesar de someterse a intervenciones para tratar de solucionar sus problemas físicos, terminan insatisfechos o les surgen nuevas necesidades. Y terminan buscando nuevas cirugías a las que someterse.
Este hecho diferencial podría derivar en una adicción a la cirugía estética, un problema acuciante que podría deberse al trastorno psicológico de dismorfia corporal. Se puede diagnosticar cuando el paciente se somete a varios procedimientos al mismo tiempo o seguidamente uno detrás de otro, si busca nuevos cirujanos cuando uno previo le niega un procedimiento, si no se muestra satisfecho con los resultados, si presenta una fijación constante por las próximas cirugías, si sus expectativas son poco realistas o si es incapaz de aceptar su cuerpo o apariencia.
Otra señal de alarma es si la persona busca someterse a nuevas cirugías, a pesar de los riesgos que pueda suponer para su salud o para su economía. En cualquier caso, esa adicción tiene su origen en las inseguridades por el aspecto físico. De hecho, una investigación reciente sugirió que la cirugía estética guarda un fuerte vínculo con la imagen corporal y la autoestima de la persona. Sin duda, parece que la presión social por cumplir los estándares de belleza actuales y el impacto de las redes sociales podrían estar detrás de la adicción a las operaciones estéticas.
CAUSAS DE LA ADICCIÓN A LA CIRUGÍA ESTÉTICA
Uno de los factores que más se asocia a la adicción a la cirugía estética es el uso de las redes sociales, ya que puede afectar a la percepción que tiene una persona de sí misma. Los usuarios de estas plataformas tienen más probabilidades de someterse a procedimientos estéticos si presentan una visión negativa de sí mismos, si pasan mucho tiempo utilizándolas o si visualizan contenido relacionado con la cirugía estética mientras navegan. No se trata de que las redes sociales causen una adicción directa, sino una insatisfacción corporal y un mayor riesgo de desarrollar TCA por la comparación con las imágenes que consumen.
Recurrir a la cirugía estética en repetidas ocasiones pordía empeorar seriamente el cuadro de dismorfia corporal
Otra de las causas implicadas es el trauma infantil. Los shocks emocionales causados por las familias o los compañeros durante la infancia pueden afectar negativamente el desarrollo psicológico del niño, así como impedir que desarrolle las herramientas adecuadas para gestionar los problemas psicológicos. Así pues, un estudio reciente relaciona la mayor predisposición a realizarse una cirugía estética temprana en la edad adulta con la existencia de algún abuso o negligencia durante la etapa infantil.
Por otro lado, cabe destacar que las personas que tienden a resolver sus inseguridades físicas con cirugía deberían abordarlo previamente con un profesional de ayuda psicológica. Esta medida es especialmente importante en las personas con adicción al bisturí, ya que podrían no ver resueltas sus inquietudes estéticas en ninguna ocasión. Es más, el cuadro de dismorfia corporal podría empeorar seriamente, propiciando más procedimientos y riesgos innecesarios.
RIESGOS DE LA ADICCIÓN AL BISTURÍ
Cuando una persona se somete en repetidas ocasiones a procedimientos estéticos, incrementa el riesgo a desarrollar infecciones, sangrado excesivo o moretones, hinchazón o bolsas de líquido, problemas de anestesia, cicatrización y formación de tejido cicatricial o un fracaso en la curación. También se relacionan el entumecimiento o pérdida de sensibilidad, la pérdida de alguna función, cambios con el tiempo (por ejemplo, implantes que se salen de su lugar) y unas expectativas poco realistas e insatisfacción con los resultados.
La adicción a la cirugía se puede diagnosticar cuando el paciente se somete a varios procedimientos al mismo tiempo o seguidamente uno detrás de otro
Para evitar estos riesgos y prevenir la adicción a las cirugías estéticas (o tratarla), es posible recurrir a la ayuda psicológica. Con las terapias de conversación o tratamientos cognitivos-conductuales se pueden superar las inseguridades y trabajar la autopercepción corporal. Puedes encontrar atención en cualquier centro sanitario, preguntando a tu médico o comentándolo en tu red de apoyo, para no hacer este camino de forma aislada.