La eyaculación masculina es un proceso fisiológico natural relacionado con la estimulación sexual de los hombres. Consiste en la expulsión del esperma por la uretra y, generalmente, suele coincidir con el orgasmo masculino, cuya duración se puede prolongar hasta los 20 segundos. Según la edad y las características físicas de cada persona, en conjunción con otros factores como el nivel de abstinencia previo y de excitación, la cantidad de esperma liberado puede variar entre los 5 y los 16 mililitros.
Durante cualquier relación sexual, este mecanismo suele producirse de manera normal. Sin embargo, hay casos en los que se presentan disfunciones eyaculatorias, conocidas como trastornos de eyaculación masculina, y que en la mayoría de los casos indican problemas de fertilidad, así como insatisfacción sexual. Estos trastornos también llevan asociados problemas psicológicos y la pérdida de autoestima.
Cuando un paciente presenta algún tipo de disfunción eyaculatoria, debe ser examinado por un equipo multidisciplinar conformado por el andrólogo, el sexólogo y psicólogo. Así pueden atender a las causas desde una perspectiva global para intentar lograr su recuperación.
TIPOS DE TRASTORNOS DE EYACULACIÓN MASCULINA
Estos son los distintos tipos de eyaculación cuando el procedimiento no se corresponde con la función normal del aparato reproductor masculino:
- Eyaculación precoz: se produce cuando los hombres expulsan su semen de forma rápida, sin control, y antes de lo deseado de forma regular. Este tipo de eyaculación se produce cuando la persona tiene una leve excitación, sin que alcance el orgasmo cuando quiere, sino más bien cuando el cuerpo sufre un acto reflejo. Se trata de un de los problemas sexuales más frecuentes en hombres que, según Sanitas, puede llegar a afectar al 30%. Hay distintos grados, por lo que el personal médico deberá evaluar cada situación.
- Eyaculación retrógrada: este tipo de trastorno implica la expulsión del semen junto con la orina, pues en vez de ser expulsado por la uretra, el líquido seminal se desvía hacia la vejiga. Los pacientes con eyaculación retrógrada viven un orgasmo ‘seco’, en el que la cantidad de líquido expulsada es muy poca. Este trastorno está asociado a algunos problemas médicos, como la diabetes o cirugías de próstata, y es causa de infertilidad.
El color normal del semen es gris blanquecino y es de una textura gelatinosa, pero esto puede variar según los genes, la dieta o cómo se encuentre el estado de salud de la persona
- Eyaculación retardada o tardía: es como se conoce al trastorno por el que se necesita un largo período de estimulación sexual. En estos casos, los hombres pueden llegar a ser incapaces de eyacular o sólo después de haber pasado por un coito prolongado y de mucho esfuerzo, más allá de 45 minutos. Muchas veces, este problema está condicionado por los pensamientos y la presión de la propia persona. La eyaculación retardada es sólo un problema si se mantiene en el tiempo.
- Aneyaculación: consiste en la ausencia de eyaculación, aunque el hombre disfrute un orgasmo normal. Los hombres que desarrollen este trastorno producen esperma, pero no lo pueden expulsar al exterior. Es importante estudiar a los pacientes con aneyaculación, ya que suele estar originada por algún tipo de lesión, enfermedad o tratamiento médico.
- Hipoespermia: se trata de una alteración en la que se expulsa muy poca cantidad de esperma. Según la Organización Mundial de la Salud, una cantidad normal de semen liberado se sitúa entre los 1,5 y los 6 mililitros, por lo que todo aquel volumen fuera de esta cantidad, debería ser analizado.
- Eyaculación asténica o babeante: se produce cuando se pierde fuerza en la expulsión del líquido seminal. Este trastorno no siempre es sinónimo de infertilidad, pero sí que podría dificultar la concepción natural.
- Eyaculación múltiple: les sucede a los hombres que tienen varios orgasmos y eyaculaciones durante un solo acto sexual y sin necesidad de tener un periodo refractario prolongado, es decir, una fase de recuperación después de experimentar el clímax sexual y la eyaculación, que conlleva normalmente la pérdida de la erección.