El refranero español nos deja dichos tan populares como… “La primavera, la sangre altera”. ¿Pero qué hay del verano? Durante los meses más cálidos del año, nuestra sexualidad también tiende a demostrar unos cambios determinados y los días de vacaciones dejan más rienda suelta a la pasión. Para conocerlos y saber cómo cuidar de nuestra salud sexual, desde Estetic nos hemos puesto en contacto con Alba Povedano, sexóloga y encargada de 'amantis', la tienda erótica que ayuda a las personas a conectar con su sexualidad.
La experta nos cuenta que el calor, el sudor y la humedad tan típicos del verano implican “cambios en nuestro propio organismo”: “Solemos estar mucho más cansados/as, sufrir más bajadas de tensión, tener demasiado sudor y no querer estar en contacto con otra persona porque necesitas espacio y regular la temperatura”, señala. Además, añade que buscamos el descanso propio, que en ocasiones se hace especialmente necesario en esta época por culpa de los desvelos y la falta de sueño provocados por el calor.
“Es imposible que todos estos cambios no afecten negativamente al disfrute y tranquilidad a la hora de mantener relaciones sexuales, ya que en estas condiciones es mucho más complicado conectar con las ganas y el deseo de mantener un encuentro donde subirán las temperaturas, se rozarán los cuerpos acalorados y en muchas ocasiones estarás bajo mínimos por no haber descansado apropiadamente”, analiza la sexóloga.
RIESGOS PRINCIPALES PARA LA SALUD SEXUAL EN VERANO
Cuando le preguntamos a la experta por los riesgos principales que se observan para la sexualidad en verano, destaca la poca educación sexual y la falta de conciencia a la hora de mantener relaciones sexuales. “A pesar de tener parte de la información, hay poca conciencia. Muchísimas personas ponen en riesgo sus cuerpos cuando van a tener relaciones en una época del año que se ve marcada por un aumento de la parte más lúdico-festiva”, explica. A ello añade que el ocio abre más posibilidades de mantener relaciones sexuales, algo que, a su vez, “va asociado a más prácticas de riesgo y, en consecuencia, un aumento de las ITS”.
Precisamente, en verano estamos más expuestos a las infecciones de transmisión sexual, no porque se reproduzcan más en verano, sino porque “suele haber más interacciones sexuales y aumenta el riesgo de malos hábitos, incluido el poco uso del preservativo”, declara la experta. Además, recuerda que recientemente se ha notificado un aumento de casos de algunas ITS, como clamidias, gonorreas y sífilis.
"El principal riesgo es la poca educación sexual y la falta de conciencia a la hora de mantener relaciones sexuales"
Aun así, Povedano no quiere olvidarse de “la falta de formación de algunos profesionales sanitarios que a veces no saben cómo enfocar ni preguntar a los pacientes sobre las prácticas sexuales sin que haya implícito un juicio, buscando simplemente concienciar”. Conseguir esa confianza médico-paciente rompe estigmas, agiliza diagnósticos y, por ende, favorece que el tratamiento se administre cuando antes en casos positivos. También contribuye a la prevención en la transmisión.
RECOMENDACIONES PARA CUIDAR LA SALUD SEXUAL EN VERANO
Cuidar la salud sexual en verano no es complicado. Se trata simplemente de ser responsable, tal y como debería cumplirse el resto del año. En el ámbito de la prevención de las infecciones que puedan afectar a la flora vaginal, la sexóloga recomienda utilizar en la medida de lo posible prendas de algodón, mejor si no quedan ajustadas. Y respecto a la higiene menstrual, para quienes usen compresas aconseja “cambiarlas frecuentemente y dejar la zona vulvar lo más seca posible”.
Por otro lado, para favorecer la salud genital, indica que es positivo “dormir sin ropa interior para dejar que la vulva transpire”, así como “lavarse después de ir al baño, a poder ser únicamente con agua para no alterar el propio pH”. Este último paso debería repetirse si se mantienen relaciones sexuales, tanto antes como después del acto sexual, como medida higiénica.
"No es que las ITS se reproduzcan en verano, pero sí es cierto que en esta época del año estamos más expuestos/as y suele haber más interacciones sexuales"
Más allá de la higiene, conviene recordar otros aspectos para cuidar la sexualidad y su impacto en la salud. Povedano se refiere al “uso obligatorio del preservativo”, una barrera que “no se utiliza únicamente para evitar un embarazo, también para prevenir, y lo más importante: para tener relaciones con la mente tranquila, focalizando únicamente mi atención en disfrutar y hacer disfrutar, y no en qué va a ocurrir o dónde voy a eyacular”.
Por último, aunque no menos importante, subraya la importancia de realizarse chequeos recurrentes, acudiendo al especialista para que pueda observar posibles cambios en los genitales, “ya sea por presencia de flujo vaginal que huele distinto o huele mal, por supuración de la uretra o aparición de alguna lesión o verruga genital”. Además, estos cribados deberían ser ineludibles para quienes practiquen relaciones sexuales de riesgo, puesto que están más expuestos a adquirir infecciones de transmisión sexual. “Es importante responsabilizarte de tu propia salud sexual, como de la salud de las personas con las que estás teniendo relaciones”, declara la sexóloga.
Cualquiera de nosotros puede acudir al centro médico para preguntar por un chequeo rutinario, incluso si no ejercemos relaciones de riesgo, porque “tenemos que ser conscientes de que, aunque tengamos una relación estable y/o monógama, la confianza o el amor no nos da un pase a estar saludables. Estos cribados son esenciales para descartar cualquier infección que podría no presentar síntomas, pero aun así, se podría estar transmitiendo”, concluye la experta.