Además de componer un paso importante de la vida sexual y reproductiva en hombres y mujeres, el sexo es una forma más de detectar posibles problemas de salud. Según el Dr. Rodrigo García-Baquero, MD, PhD, especialista en Urología y Andrología en el Hospital Universitario Puerta del Mar (Cádiz) y portavoz de la Asociación Española de Urología (AEU), “muchos de los problemas de salud del hombre empiezan dando la cara en su función sexual”.
La función sexual masculina abarca mucho más que las erecciones, también “su deseo sexual, el orgasmo, la eyaculación y la excitación”. Un cambio en alguno de estos puntos podría ser síntoma de un problema subyacente. Ejemplo de ello es la bajada de la libido que, según el doctor, “puede tener una base orgánica o una base psicológica”. En los descensos orgánicos, suele estar detrás una caída de los niveles de testosterona en sangre, un evento multifactorial:
“La obesidad, una mala salud cardiovascular, o simplemente la edad, podrían justificarlos. Asimismo, la alteración de los niveles de otras hormonas, como la prolactina y las hormonas tiroideas, también podrían causar una menor libido”, indica el urólogo. Por otro lado, una bajada de la libido de base psicológica podría estar motivada por el consumo de algunos fármacos, como los antidepresivos. Aunque es posible que esa falta de apetito sexual tenga un desencadenante psicológico, también por un factor de origen sexual: “Es lógico que un paciente que tenga problemas de erección, secundariamente, muestre una baja libido, motivada por el fracaso repetido en sus encuentros sexuales”.
"No son pocos los casos de hipertensión, diabetes o hipercolesterolemia que se diagnostican en una consulta de Andrología"
Otro trastorno de la función sexual masculina que puede demostrar un déficit de salud es la disfunción eréctil (DE), a menudo relacionada con los problemas cardíacos: “La relación entre ambas entidades es bidireccional y la secuencia entre ambas es alternante, explica el Dr. García-Baquero. Por ejemplo, hay pacientes con DE que en unos años pueden sufrir un evento coronario, mientras que también puede suceder lo contrario, es decir, que pacientes que han sufrido un infarto o una angina de pecho puedan empezar con problemas de erección posteriores.
Tal es así que el experto nos cuenta que “los urólogos dedicados a la Andrología sabemos que en muchas ocasiones un problema de erección puede ser el ‘síntoma centinela’ de una mala salud cardiovascular. No son pocos los casos de hipertensión, diabetes o hipercolesterolemia que se diagnostican en una consulta de Andrología”. Por ello, medir el riesgo cardiovascular de los pacientes es una básico en sus consultas, donde se tiene en cuenta el estado clínico del paciente, su capacidad de tolerar el esfuerzo, sus cifras de tensión arterial, sus niveles de glucemia (azúcar) y lípidos (grasas) en sangre.
"Los problemas en el sexo pueden constituir el primer síntoma de enfermedades sistémicas"
La disfunción eréctil también se vincula a la diabetes tipo 2 y, de hecho, “muchos estudios demuestran esa relación”. Aunque el andrólogo indica que las causas pueden ser varias, nos expone las 2 principales, motivadas por el doble daño que la diabetes provoca en el mecanismo fisiológico que conllevan las erecciones: “Por un lado, altera el funcionamiento vascular responsable del llenado de sangre del pene, aumentando la rigidez de las arterias que se deben dilatar para que entre sangre en el pene, y altera el colapso venoso que debe producirse para que el pene no se ‘desinfle’ y mantenga la erección”.
“Por otro lado, la afectación de la diabetes puede ser de causa neurológica. La diabetes afecta al correcto funcionamiento de la transmisión nerviosa necesaria para que el impulso nervioso que nace del cerebro, pasando por la médula espinal llegue al pene a raíz de una serie de terminaciones nerviosas periféricas que pueden verse dañadas”.
Además, hay otros problemas de salud que pueden identificarse a través del sexo. Teniendo en cuenta su nivel de incidencia, el doctor especifica que las enfermedades cardiovasculares como la hipertensión o la hipercolesterolemia son las más propensas, aunque también es posible diagnosticar enfermedades neurológicas, como la esclerosis múltiple, “a raíz de problemas relacionados con el orgasmo y la eyaculación”. Inclusive la hiperplasia benigna de próstata, que comparte el mismo origen fisiopatológico que la DE: “Se deben valorar los síntomas miccionales en pacientes con cualquier disfunción sexual”, recuerda el experto.
"Los urólogos dedicados a la Andrología sabemos que en muchas ocasiones un problema de erección puede ser el ‘síntoma centinela’ de una mala salud cardiovascular"
Todas estas relaciones resultan más que suficientes para no eludir las consultas con el especialista, pues “los urólogos con formación en Andrología tienen los conocimientos necesarios para establecer esa unión entre los problemas sexuales y las enfermedades que pueden estar relacionadas”. Tal es así que, en ocasiones, estos profesionales de la salud pueden identificar un riesgo inminente de infarto o de angina de pecho, por lo que consultar con el especialista “es de vital importancia, literalmente”.
El Dr. García-Baquero recuerda que visitar al urólogo es un paso obligado antes que “intentar buscar soluciones a través de productos milagrosos ofertados por internet, sin ninguna valoración o estudio previo por un profesional”. Además de “orientar la causa probable de su disfunción sexual”, este experto de la salud “será capaz de recomendar el mejor abordaje para su problema”.