Basta con hacer una breve consulta en cualquier buscador de internet para descubrir que, efectivamente, cualquier persona puede hacerse con suplementos de testosterona. Diferentes marcas ofrecen este producto, anunciado como buena opción para aumentar la masa muscular y como potenciador de la sexualidad masculina. Sin embargo, ¿cómo de sano puede ser para la salud del varón probar estos tratamientos sin supervisión de un profesional?
Para responder a esta pregunta y descubrir todos los riesgos, Estetic se ha puesto en contacto con el Dr. David Vázquez, jefe de Sección de Urología del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda (Madrid). Y el experto señala que, como se adelantaba, la mayoría de los pacientes que utilizan la testosterona “están en una actividad física intensa y desean desarrollar su masa muscular”. Pero también “se han puesto muy de moda los pellets de testosterona, destinados a evitar el envejecimiento y sus síntomas derivados”.
Unos síntomas que pueden incluir la pérdida de la energía, de memoria, de masa muscular o también de la función sexual. Por lo tanto, el uso de esta hormona iría destinado a revertirlos, con las consecuencias añadidas a nivel emocional, pues “el paciente se encuentra mucho más vigoroso, con más energía con la sensación de comerse el mundo”.
“Hay muchas personas que conocen los beneficios pero desconocen cuáles son los perjuicios de la testosterona”
Estos motivos podrían llevar a muchos hombres a recurrir a la testosterona pero, tal y como subraya el doctor, estos tratamientos deben ser pautados por el especialista, ya sea el urólogo o el endocrino. Sin embargo, “hay cierta carta blanca y se puede acceder a ella fácilmente”, por ejemplo a través de internet. Es aquí donde reside el riesgo, pues “hay muchas personas que conocen los beneficios pero desconocen cuáles son los perjuicios de la testosterona”.
LOS EFECTOS SECUNDARIOS: EL VERDADERO PROBLEMA
Entre los efectos secundarios, el Dr. Vázquez expone que el uso de la testosterona está contraindicado en pacientes con apnea del sueño, con insuficiencia cardíaca congestiva no compensada o en pacientes que tienen una policitemia severa (cáncer de sangre) o cáncer de mama, por ejemplo. Tampoco está indicado en pacientes con afectaciones en la próstata, tales como la hiperplasia prostática, una uropatía obstructiva, varones con cáncer de próstata o con antecedentes. “La testosterona tiene un papel permisivo en el crecimiento prostático y en el cáncer de próstata, por lo que la estarían usando mal”, indica el doctor.
"Veo a bastante paciente que no está informado"
Además, no deberían usarla quienes se encuentren bajo tratamiento contra la alopecia, ya que uno de los efectos adversos que tiene es la caída del pelo, principalmente por los receptores androgénicos:
“Hay pacientes que evitan la caída del pelo tomando el dutasteride o el finasteride, que son inhibidores de la 5-alfa-reductasa, la enzima que permite el paso de la testosterona a dihidrotestosterona (DHT) (la forma activa de la testosterona). Sin embargo, hay pacientes que aun estando en este tratamiento, se pinchan testosterona para aumentar la masa muscular o para mejorar el deseo sexual, con lo cual hay una contradicción importante. Veo a bastante paciente que no está informado”, señala el urólogo.
EL IMPACTO EN LA SEXUALIDAD DEL HOMBRE
Los efectos de los niveles elevados de testosterona generarán efectos secundarios en el varón. Y una de las áreas más afectadas será su sexualidad, pues como resultado “se inhibe el eje hipotálamo-hipófisis-testículo por la testosterona exógena que se están poniendo. Eso va a provocar una alteración futura”. El doctor añade que muchos de estos pacientes experimentarán una alteración en la espermatogénesis (producción de espermatozoides), en la calidad de la erección y en el apetito sexual. Y “después de dejar la medicación, no se recuperan”.
"Va a provocar una alteración futura"
En cualquier caso y para prevenir la aparición de estos problemas, el urólogo recuerda la importancia de la supervisión del especialista: “Dependiendo del paciente, como mínimo habrá que hacerle un tacto rectal y un antígeno prostático específico a nivel de sangre. Y, una vez que inicie el tratamiento, deberá ser evaluado en un periodo determinado de tiempo para determinar si ha habido una regresión de los síntomas o si han aparecido los efectos adversos. En función de ello, habrá que valorar si precisa mantener el tratamiento”, concluye el Dr. Vázquez.