Obesidad y disfunción eréctil: el vínculo que no puedes ignorar

La obesidad aumenta el riesgo de disfunción eréctil al afectar la salud hormonal, metabólica y vascular, pero perder peso y hábitos saludables pueden mejorar la función

La disfunción eréctil, relacionada con la obesidad (Foto. Canva)
La disfunción eréctil, relacionada con la obesidad (Foto. Canva)
11 enero 2025 | 10:00 h
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La disfunción eréctil (DE) es un problema común que afecta a muchos hombres en todo el mundo. Aunque puede ser debilitante, rara vez es una enfermedad por sí misma, sino un síntoma de una afección subyacente que afecta la salud física y emocional del individuo. Entre los factores que contribuyen a este trastorno, la obesidad se presenta como una de las principales causas que inciden en su desarrollo. Afortunadamente, investigaciones recientes sugieren que perder peso puede mejorar notablemente la función eréctil y revertir parcialmente los efectos negativos de esta condición.

La obesidad no solo afecta la figura física, sino que también pone en riesgo la salud en general al promover inflamación y estrés oxidativo. Según estudios, estos problemas afectan negativamente las células y tejidos del cuerpo, contribuyendo a enfermedades como la diabetes tipo 2, hipertensión y afecciones vasculares que, a su vez, agravan la disfunción eréctil. En su investigación, los expertos destacaron que la obesidad altera la función de diversos sistemas hormonales del cuerpo, lo que influye directamente en el rendimiento sexual.

La obesidad no solo afecta la figura física, sino que también pone en riesgo la salud en general al promover inflamación y estrés oxidativo

Una de las principales disfunciones asociadas a la obesidad es la resistencia a la leptina. Se trata de una hormona derivada de las células de grasa que controla el apetito y regula el balance energético. Cuando el cuerpo desarrolla resistencia a la leptina, el cerebro no responde adecuadamente a las señales de saciedad, lo que lleva a comer en exceso, obesidad y disminución de los niveles de testosterona. Esta hormona es crucial no solo para regular el hambre, sino también para el deseo sexual, y su desregulación puede reducir la libido y contribuir a la disfunción eréctil.

Otro factor relacionado con la obesidad que tiene implicaciones en la función sexual es la resistencia a la insulina. La insulina, una hormona que regula los niveles de glucosa en la sangre, juega un papel fundamental en la función metabólica del cuerpo. En individuos con obesidad, las células no responden de manera efectiva, lo que puede dar lugar a diabetes. Además de ser un factor de riesgo para la DE, la diabetes puede afectar negativamente los nervios y vasos sanguíneos, elementos clave para mantener una erección.

Además de la resistencia a la leptina y la insulina, los expertos alertan que la obesidad también causa otros problemas de salud que deterioran los vasos sanguíneos. Estos incluyen la hipertensión (presión arterial alta), la hipercolesterolemia (niveles elevados de colesterol LDL o "colesterol malo") y la hipertrigliceridemia (exceso de triglicéridos en la sangre). Estos trastornos pueden generar daños en las arterias y en el flujo sanguíneo, dificultando la capacidad del cuerpo para mantener una erección adecuada.

CAMBIOS DE ESTILO DE VIDA CONTRA LA DISFUNCIÓN ERÉCTIL

Aunque la conexión entre obesidad y disfunción eréctil es clara, la buena noticia es que hay soluciones disponibles. Existen varias formas de tratar tanto la causa subyacente como la disfunción eréctil misma. La Coalición de Acción contra la Obesidad (OAC) sugiere varios cambios en el estilo de vida para controlar la DE, y uno de los más importantes es la pérdida de peso. Bajar de peso puede ayudar a mejorar la funcióneréctil y reducir los factores de riesgo que la obesidad genera. También es fundamental adoptar hábitos saludables, como dejar de fumar, reducir el consumo de alcohol, seguir una dieta balanceada y mantener un estilo de vida físicamente activo.

El control de la dieta juega un papel crucial en el manejo de la obesidad y la DE. Se recomienda una alimentación rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras, que promueve el bienestar general y mejora la circulación. Además, algunos snacks saludables, como manzana con mantequilla de maní, verduras con hummus o yogur bajo en grasa con frutas, pueden ser opciones ideales para mantener un peso adecuado sin afectar la energía y nutrición.

Cuando los síntomas de disfunción eréctil se presentan, es crucial consultar a un médico

LA IMPORTANCIA DE LA INTERVENCIÓN MÉDICA

Cuando los síntomas de disfunción eréctil se presentan, es crucial consultar a un médico. Si bien la mejora de hábitos de vida es vital, a veces pueden ser necesarios tratamientos médicos específicos para restaurar la función eréctil, dependiendo de la causa y gravedad del caso. Algunas opciones médicas para tratar la DE incluyen medicamentos orales, dispositivos de vacío, inyecciones y, en casos graves, cirugía. Además, los expertos subrayan que, en ciertos casos, se pueden prescribir tratamientos hormonales para contrarrestar la disminución de testosterona asociada con la obesidad.

Aunque la obesidad es un factor de riesgo significativo para la disfunción eréctil, hay opciones efectivas disponibles. Adoptar un estilo de vida saludable y buscar la intervención médica adecuada puede ayudar a mejorar tanto la salud en general como la función sexual, devolviendo la calidad de vida a quienes luchan contra estos problemas.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.