Hace unos días saltaban las alarmas después de que un estudio de la Universidad de Nuevo México detectara microplásticos en 23 testículos humanos y 47 de perros. Absolutamente todos los sujetos analizados manifestaban la presencia de hasta 12 tipos de microplásticos diferentes, tal y como arroja la investigación publicada en ‘Toxicological Sciencies’. Este hallazgo podría suponer un riesgo para la fertilidad de los hombres, ya que las conclusiones parecen apuntar a una reducción del número de espermatozoides y al peso de los testículos y el epidídimo.
El Dr. Miguel Sánchez Encinas, Jefe Servicio de Urología Hospital Universitario Rey Juan Carlos, explica en declaraciones para Estetic que “los microplásticos pueden llegar a los testículos a través de varias vías”. Destaca, principalmente, su ingesta o inhalación, ya que pueden estar presentes en los alimentos o en el agua y “pueden ser absorbidos por el sistema digestivo. Y, posteriormente, entrar en el torrente sanguíneo”. Una vez que se encuentran en la circulación, con la sangre son trasladados a los distintos órganos, “incluyendo los testículos, donde pueden acumularse”.
"Los microplásticos pueden actuar como disruptores endocrinos y afectar los niveles hormonales"
Esa acumulación de polímeros en los testículos puede afectar negativamente a la fertilidad masculina. Según desgrana el urólogo, el estudio reciente observa “una correlación negativa entre la presencia de ciertos polímeros (como el PVC y el PET) y el peso normalizado de los testículos”, un evento que puede interferir con la espermatogénesis y la calidad espermática “a través de varios mecanismos”. Aquí el experto destaca 3 posibles:
- “Los microplásticos pueden generar especies reactivas de oxígeno (ROS), lo que puede dañar las células germinales y afectar la producción y la calidad de los espermatozoides”. Es lo que se conoce como estrés oxidativo.
- Por otro lado, “algunos microplásticos contienen aditivos químicos que actúan como disruptores endocrinos”, señala el Dr. Sánchez Encinas. Estos podrían alterar las funciones hormonales y “afectar a la producción de testosterona y otros andrógenos esenciales para la espermatogénesis”.
- La presencia de estos polímeros también “puede inducir una respuesta inflamatoria en los tejidos testiculares” y afectar a la salud de las células reproductivas.
Los microplásticos pueden interferir con la espermatogénesis y la calidad espermática a través de varios mecanismos: con el estrés oxidativo, como disruptores endocrinos o con una respuesta inflamatoria
Tras conocer los resultados del estudio, hay quienes se han preguntado si la presencia de microplásticos en los testículos podría tener algún efecto en la erección del pene. El urólogo indica que “hasta la fecha no hay evidencia directa” sobre este tema. Sin embargo, recuerda que los polímeros pueden actuar como disruptores endocrinos y tener consecuencias en los niveles hormonales, un evento que “podría influir potencialmente en la función eréctil”: “La erección del pene depende de una compleja interacción de factores neurológicos, vasculares y hormonales, y cualquier alteración en estos sistemas podría tener efectos negativos”, especifica.
El estudio ha arrojado luz sobre un hecho evidente, como es la presencia de microplásticos en los testículos de sujetos humanos y animales. Sin embargo, todavía “se desconocen muchas de las posibles afectaciones a largo plazo que los microplásticos podrían causar al aparato reproductor masculino”. El experto señala que “la investigación en este campo es relativamente nueva y aún se están descubriendo los efectos potenciales”, pero aún queda mucho por conocer sobre su impacto a lo largo del tiempo.
"Es crucial continuar investigando para comprender mejor los impactos de los microplásticos en la salud reproductiva masculina"
Lo que sí se han estudiado son las formas de protección frente a la exposición de los microplásticos. El Dr. Sánchez Encinas reconoce que puede ser “desafiante”, ya que están omnipresentes en el ambiente. No obstante, comparte algunas medidas que pueden ayudar:
En primer lugar, destaca el filtrado del agua potable con filtros de alta calidad “para reducir la ingesta de microplásticos presentes en el agua”. Asimismo, recomienda “optar por los alimentos frescos”, evitando los envasados en plástico o minimizando su uso, así como utilizar purificadores de aire para depurar el ambiente. Otras medidas comprenden el uso de ropa compuesta por fibras naturales en lugar de sintéticas, ya que estas “pueden liberar plásticos durante el lavado” y, algo muy importante, mantenerse informado sobre los productos y hábitos que contribuyen a esta exposición, buscando opciones más seguras.
El urólogo reclama más investigación que ayude a “comprender mejor los impactos de los microplásticos en la salud reproductiva masculina”. Estudios que deben ir acompañados de “políticas y regulaciones para reducir la producción y liberación de microplásticos en el ambiente”. El experto añade que la concienciación pública y la colaboración entre científicos, legisladores y la industria “son esenciales para abordar este problema emergente de manera efectiva”, concluye.
LA NUEVA NORMATIVA DE LA UE
En 2023, la Unión Europea (UE) dio los primeros pasos para la regularización de los microplásticos, en vistas a la emergencia climática y de salud pública que suponen. Se estima que, anualmente, los seres humanos inhalan 22 millones de micros y nanoplásticos, según los datos del Centro de Derecho Ambiental Internacional (CIEL). Ante estas alarmantes cifras, desde la UE consideran que reducir su liberación al ambiente desde las cadenas de producción es un paso esencial para reducir la contaminación provocada por los polímeros sintéticos.
De este modo, en septiembre de 2023 Bruselas aprobó una nueva ley para restringir la producción de todos los plásticos inferiores a 5 milímetros que sean orgánicos, insolubles y resistentes a la degradación. La nueva legislación afecta a todos los polímeros sintéticos que cumplan estas características y que se vendan individualmente o añadidos intencionadamente a otras mezclas. Su objetivo, reducir la contaminación por microplásticos en un 30% de aquí a 2030. Aunque la restricción se comenzó a aplicar el 17 de octubre de 2023, actualmente se encuentran vigentes los períodos transitorios para la adaptación a la norma.