La maternidad transforma las vidas de padres y madres por completo, es un hecho indudable. Cambia tanto aspectos emocionales como físicos, y puede tener un gran impacto en la vida sexual y autoestima de la mujer. Ante ello, desde LELO, recalcan la importancia de este tema que preocupa a tantas mujeres.
Valérie Tasso, la embajadora y sexóloga de LELO, hace una radiografía de lo que sucede en esta etapa “Durante el primer trimestre del embarazo, es común experimentar una disminución en el deseo sexual debido a la fatiga, mareos y náuseas. Además, muchas mujeres suelen evitar el sexo porque piensan que va a perjudicar al bebé, olvidando además que la intimidad sexual no se limita al coito. Sin embargo, si el embarazo fue difícil de concebir, las relaciones sexuales pueden ser más placenteras, ya que se elimina la presión por embarazarse y suele aumentar el deseo sexual a medida que avanza el segundo trimestre”, explica.
"El deseo sexual aumenta medida que avanza el segundo trimestre”
No obstante, destaca lo que sucede en el último trimestre del embarazo. Y es que, en esta etapa la tripa alcanza su mayor tamaño, lo que puede suponer un incordio a la hora de mantener relaciones sexuales. Ante ello, recomienda, aplicar aceites esenciales en el perineo para mejorar la elasticidad. En esa línea, mantener relaciones el último mes puede ayudar a la producción de prostaglandina y desencadenar el parto.
De hecho, experimentar orgasmos también contribuye en gran medida: “Aumenta la circulación sanguínea y la lubricación a nivel genital y es muy bueno para el bebé y para la madre porque se libera oxitocina, la maravillosa hormona “del amor”, explica Valérie. También advierte: “Eso sí, se pueden tener contracciones y es algo normal, fisiológico, no debería pasar nada, salvo si estas son dolorosas y rítmica”.
POSPARTO
Después del parto entran en juego varios factores que pueden incidir en el apetito sexual y autoestima. Aunque depende de las personas, los cambios hormonales ejercen una gran influencia. Se da un aumento de prolactina, la hormona que hace que las glándulas mamarias produzcan leche y que es también conocida como la hormona “anti-deseo”. Reduce la producción de las hormonas de estrógeno y testosterona causando una bajada de líbido y, como consecuencia en algunos casos, la pérdida de deseo sexual, sequedad vaginal o infertilidad.
CANSANCIO Y ESTRÉS
Un bebé acarrea una gran responsabilidad y el estrés o cansancio influyen mucho. Según apunta la experta: “Lo bueno es que si mantenemos una vida sexual activa, justamente vamos a disminuir el estrés, el placer nos va a hacer sentir mucho mejor, menos cansadas y va a reforzar nuestro sistema inmunológico. Nos va a permitir dormir mejor por la noche- la función del sueño, ya se sabe, es fundamental para conseguir un equilibrio en nuestras vidas y un buen estado de salud mental-”.
TIEMPO PARA MÍ
Una vez establecida la rutina, la vida sexual puede experimentar nuevas dinámicas. Como Valérie explica, a medida que los hijos crecen y se vuelven más independientes, las madres pueden encontrar más tiempo y espacio para dedicarse a sí mismas y a su relación de pareja.
Durante esta etapa, las madres experimentan un resurgimiento de su vida sexual, además de más liberación por el descenso en las demandas físicas y emocionales de la crianza de los hijos pequeños. No obstante, pueden surgir otros desafíos como los sentimientos de vacío o pérdida ahora que los hijos están creciendo y necesitan menos a sus padres, lo que puede afectar en la autoestima.
RECUPERA TU VIDA SEXUAL
Para recuperar tu vida sexual, desde LELO subrayan los beneficios de ejercitar el suelo pélvico a través de los ejercicios de Kegel. A través de esta dinámica, se puede mejorar la satisfacción sexual y bienestar. Valérie apela a la comunicación en pareja y recomienda establecer un diálogo abierto sobre necesidades, deseos y preocupaciones. Asimismo, recomienda priorizar el tiempo en pareja e intimidad, así como explorar u buscar apoyo cuando sea necesario.