Durante las últimas décadas estamos viviendo un momento de disrupción en lo que respecta a entender el funcionamiento de las relaciones de pareja. Anteriormente, la mujer estaba supeditada al hombre por motivos socioculturales, pero los nuevos tiempos le están dando el espacio que le corresponde poco a poco, con la garantía de sus derechos, su incorporación al mundo laboral y el reparto de tareas domésticas y responsabilidades en el núcleo familiar, entre otras.
Todo ello ha traído una nueva forma de entender el mundo, con la que estamos descubriendo que el amor romántico es un mito y que, más bien, el amor y la pareja tienen que ver con una construcción diaria basada en la comunicación, en el respeto y en el acompañamiento de las necesidades del otro. Así, los problemas de pareja son ineludibles en una era en la que todo el mundo reclama su espacio y en el que todos tenemos nuestras convicciones, manías y deseos.
Aunque el mensaje está calando en la sociedad, aún queda mucho por hacer y por trabajar, algo que se está viendo con el auge de las terapias de pareja. Un auge que no debemos considerar como algo negativo, sino al contrario, ya que estas terapias se consideran como una herramienta psicológica de la que podemos valernos para aprender a solventar los problemas del día a día con la persona con la que queremos compartir nuestra vida. Y de ello habla en el libro ‘Perfectamente imperfectas’, Laura Morán, psicóloga, terapeuta familiar y de pareja y sexóloga.
Las convicciones sociales nos llevan muchas veces a errar en nuestros pensamientos. Por ejemplo, escuchamos mucho eso de que todos deberíamos ir a terapia con el psicólogo en algún momento de nuestra vida para gestionar nuestras emociones. ¿Podemos extrapolar esta idea a la terapia de pareja? ¿Deberían ir todas las parejas a terapia para mejorar en su relación o solo aquellas que presenten conflictos complejos? Morán habla en exclusiva para Estetic, dejándonos su opinión como experta:
"La comunicación explícita y asertiva es súper importante, pero no siempre es una habilidad entrenada y adquirida"
“Ir a terapia es adecuado cuando lo que sea que nos suceda (emociones desagradables, eventos traumáticos, …) nos afectan hasta el punto de no poder llevar una vida ‘funcional’. En los casos de relaciones de pareja, igual”. Las señales que deberían alentarnos a recurrir a esta herramienta son, entre otras, la incapacidad para establecer una comunicación sobre algún tema concreto, cuando existe distanciamiento, críticas destructivas o actitudes defensivas. “Si estos síntomas se instalan en la relación, puede que sea el momento de buscar ayuda”.
Algo que sorprende a la sexóloga por lo que ve en consulta es que muchas parejas “son capaces de sobreponerse sin ‘ayuda’ a momentos durísimos como un aborto, pero no saben cómo gestionar las tareas domésticas o encontrar un acuerdo satisfactorio en el reparto y afrontamiento de los gastos económicos del hogar”, señala. Sea cual sea la magnitud del asunto, la terapia de pareja ayudará a resolver el conflicto, aunque Morán adelanta que “las terapias de pareja pueden tener un final feliz o un feliz final”, pues muchas veces la resolución de ese problema pasa por terminar la relación.
TERAPIA DE PAREJA: ¿SINÓNIMO DE CONTINUIDAD EN LA RELACIÓN?
Le hemos preguntado a la experta por los conflictos que más problemas generan actualmente en las parejas. Estos son los “problemas de comunicación, en la organización de las tareas de la vida diaria (hijos incluidos), la distribución del tiempo de ocio compartido e individual, la relación con las familias de origen, infidelidades y todos los asuntos de cama (qué, cuándo y cuánto)”.
Para gestionarlos con la terapia de pareja, existe un modelo teórico al que los expertos recurren para evaluar determinados elementos. Sin embargo, “cada pareja es un mundo y siempre, siempre, siempre se han de adaptar las herramientas de las que disponemos a la pareja en cuestión y a sus miembros”, subraya Morán. “Por ejemplo, la comunicación explícita y asertiva es súper importante, pero no siempre es una habilidad entrenada y adquirida, por lo que, mientras se intenta abordar el asunto que les ha llevado a consulta puede que tengamos que estar trabajando en otros ‘asuntos’”.
“Que una relación finalice no es un fracaso, a pesar de lo que nos han hecho creer”
Ese trabajo de comunicación y gestión de las emociones entre dos personas con ayuda profesional llevará a la resolución del conflicto que, tal y como adelantaba la psicóloga, puede suponer el fin de la relación. “No sabría darte porcentajes, pero, de momento, diría que es más habitual que las parejas resuelvan las dificultades para seguir juntas”. Sin embargo, en algunos procesos terapéuticos “lo ‘adecuado’ es terminar la relación y, a pesar de haber sido difícil y doloroso, cuando lo deciden, lo hacen porque saben que es lo más funcional”, señala.
Llegados a este punto, Morán indica que el hecho de “que una relación finalice no es un fracaso, a pesar de lo que nos han hecho creer” y recuerda que “a veces los sentimientos, necesidades y deseos que nos unieron cambian, evolucionan, y la relación que hemos construido ya no funciona”. En cualquier caso, las relaciones amorosas deben ser “satisfactorias y significativas para que sus miembros sigan trabajando en ella”. De lo contrario, la experta concluye que “quizás ha llegado el momento de ser agradecidos por todo lo que nos ha brindado y “dejarla marchar”.