Alba Povedano desmonta los mitos sobre la relación entre sexo y alcohol: "Cuesta llegar al orgasmo"

El consumo de alcohol y el deseo sexual están estrechamente ligados. La sexóloga Alba Povedano desmiente algunos de los mitos más relacionados.

Alba Povedano (Foto. Cedida a Estetic)
Alba Povedano (Foto. Cedida a Estetic)
Laura Ortega
20 abril 2024 | 10:00 h

España es una de las regiones donde más se consume alcohol. El último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que nuestro país ingiere unos 11 litros de media por persona en la población mayor de 15 años. Mientras que la media mundial se sitúa en 8,6 litros. De la misma manea, los datos confirman que los hombres consumen más alcohol que las mujeres. El 26% de ellos confiesa beber en exceso, frente al 12% de ellas.

El consumo de alcohol está estrechamente relacionado con la actividad sexual. Esto se debe al efecto inhibidor que las bebidas alcohólicas tienen, un efecto que nos vuelve menos tímidos y más atrevidos. Uno de los mitos más famosos es que el alcohol tiene un efecto embellecedor sobre las personas a las que normalmente no nos sentiríamos atraídos.

Hablamos con la psicóloga y sexóloga, Alba Povedano (@sexologymatters) para desmontar este y más mitos relacionados con el alcohol y el sexo.

El alcohol deprime nuestro sistema nervioso y tiene un efecto inhibidor sobre nuestras conductas

El alcohol inhibe ciertas partes del sistema nervioso central. Esto tiene un efecto relajante en todo nuestro cuerpo. Alba nos explica que el alcohol afecta directamente a nuestra parte frontal, la encargada racional de tomar decisiones “más pensadas y calibradas”. Los efectos depresores del alcohol favorecen la toma de decisiones más impulsivas. Y de cara a la respuesta sexual ocurre lo mismo, se desinhibe y dificulta la lubricación y la erección.

¿AUMENTA NUESTRA LIBIDO?

La experta desmonta el mito que relaciona la excitación con la bebida: “No es que tengamos más deseos, sino que nos desinhibimos más”. Otro de los mitos de la bebida es que tendemos a encontrar más atractivas a las personas, pero Alba lo desmiente, las personas no son más agraciadas cuando bebemos de más, “lo que pasa es que vemos menos”.

Por tanto, no. El alcohol no aumenta la libido. Y tampoco vemos a la gente más guapa ni estamos más excitados cuando bebemos: “La libido es algo que lleva cada uno”, añade Alba. La sexóloga explica que podemos ser personas con la libido más o menos alta, y el alcohol solo altera este aspecto en relación al momento de desinhibirse. Es decir, como Povedano explica: “No afecta a la parte sexual como tal, afecta a la parte racional de nuestro cerebro y que hace que tomemos decisiones sin pensarlas demasiado”.

 “Si disminuye el riego sanguíneo, nos va a afectar en la erección y su mantenimiento”

La entrada del alcohol en nuestro organismo implica una ralentización del riego sanguíneo. Este efecto vasodilatador disminuye el riego, lo que provoca que sea mucho más difícil que la sangre llegue a los genitales. Para tener un orgasmo hay que tener una conexión con nuestros genitales, “necesitamos que les llegue la sangre”, resume la sexóloga.

Pues bien, el sistema nervioso es el encargado de controlar la erección. Ante, la ingesta de alcohol, se deprime y deja de funcionar correctamente. Por eso, mantener esa erección es mucho más costoso. De igual manera, conservar la coordinación o la sensibilidad también son otras consecuencias.

Finalmente, le preguntamos a Alba por la incidencia de la bebida en la lubricación. La experta explica que la lubricación femenina viene de dos partes: En primer lugar, desde el interior de la vagina, donde depende enteramente del momento del ciclo menstrual en que una mujer se encuentre. Y el otro lugar, desde las glándulas de Bartolino, unas glándulas que se ubican en el exterior de la vulva y se activan ante la excitación.

Cuando existe una interferencia en estas glándulas, es decir, que no recibe la suficiente sangre, su respuesta puede menguar. Esto se traduce, en una reducción de la lubricación que “evidentemente se va a ver afectada”, confirma Alba. Esto no significa que la lubricación no vaya a tener lugar, sino que no se va a producir al ritmo habitual.

En conclusión, el alcohol no tiene un efecto afrodisíaco, solo nos hace ver menos y tomar decisiones más impulsivas.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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