¿Cuántas veces nos hemos sentido culpables por dejar volar nuestra imaginación durante nuestras relaciones sexuales en pareja? En la mayoría de ocasiones, nosotros mismos nos autocensuramos porque parece que estamos haciendo algo malo y ese mismo pensamiento nos puede llevar a bloquearnos y a no disfrutar plenamente del acto sexual. Pero, como dice nuestra sexóloga de confianza, Nayara Malnero (‘Sexperimentando’ en redes sociales), “de pensarlo a llevarlo a la realidad, hay un trecho muy grande”.
Con esos momentos de fantasía nos referimos a imaginarnos en otras situaciones o con otras personas o cuerpos que no son nuestra pareja, que contribuyen a la excitación y a disfrutar de un sexo más placentero. En sexología, esto se conoce con el nombre de ‘alorgasmo’, tal y como explica para Estetic la experta, incidiendo en que esos pensamientos no interfieren en el momento del orgasmo. Los pensamientos tampoco se dan exclusivamente en ese momento, sino que más bien propician una llegada al clímax sexual mucho más disfrutable, porque estimulan el deseo sexual.
¿DEBEMOS SENTIRNOS CULPABLES?
Hay personas que relacionan este tipo de pensamientos con la infidelidad, pero Nayara Malnero no está de acuerdo: “A veces, nuestra mente viaja hacia otras cosas y nos hace la jugada totalmente inconsciente, con lo cual no tienes que sentirte ni responsable ni culpable”. La sexóloga piensa que hay mucho de nuestro sesgo cultural heredado en el sentimiento de culpabilidad, pues “seguimos pensando que después de veinte años de matrimonio sólo podemos pensar y excitarnos con nuestra pareja y eso no tiene ni pies ni cabeza”.
“A mí me gusta decir que del dicho al hecho (o del ‘pensado’ al hecho), hay un trecho bastante grande y ahí radica el ser infiel y el sentirte o no sentirte culpable”, explica. La sexóloga piensa que sólo son fantasías y que no hacen daño a nadie. Tampoco deberían atormentar a uno mismo, puesto que sería negarnos placer. “El alorgasmo a veces es voluntario y no pasa nada. Es una forma más de aumentar tu excitación”.
"Es una fantasía dentro de una realidad y ahí está la gracia”
Además, la comunicación en pareja es fundamental y no debemos tener miedo o sentir pudor de contarle a nuestro compañero o compañera de vida que hemos tenido fantasías sexuales en situaciones y con cuerpos diferentes al suyo durante el acto sexual. De hecho, Nayara piensa que puede ser muy positivo: “Esta información va a hacer que ambos necesitéis más, va a ser como un juego y muy divertido”, señala.
Tener alorgasmos puede hacernos salir de la monotonía de la rutina y no debería causar ningún problema de pareja. Y si lo hiciera, probablemente sería porque “la otra persona tiene una mala educación sexual y por eso estás leyendo este artículo”. Asimismo, no contarlo podría ser decisión propia, lo cual también es respetable porque, recordemos, “es tu privacidad y es tu mente, no haces daño a nadie. Es una fantasía dentro de una realidad y ahí está la gracia”.