C-Powder de SkinClinic

Este jueves probamos en la redacción de Estetic.es la primera mascarilla con textura en polvo, un producto que promete luminosidad y un mejor aspecto de la piel fotoenvejecida o con tendencia acneica. Los resultados, en nuestra review semanal.

Estetic
15 junio 2017 | 11:30 h
C-Powder de SkinClinic
C-Powder de SkinClinic
Si como a una buena parte de los mortales te cuesta descansar bien por culpa del sofocante verano adelantado (y no hay maquillaje o cosmético que te ayude a disimularlo por las mañanas), la review semanal que te traemos un jueves más, te va a interesar. Esta semana hemos puesto a prueba la mascarilla C-Powder de SkinClinic, un producto de lo más peculiar: la primera mascarilla con textura ¡en polvo! Imposible resistirse a probarla.

Respecto al resto del universo cosmético del mercado, la mascarilla ofrece bastantes novedades, visibles nada más abrir el packaging. Viene presentada en un pequeño bote redondo como los de sal o bicarbonato. Una originalidad que se paga, es cierto. El precio está en torno a los 30 euros. Aunque después de varias semanas usándola de forma regular unas dos veces por semana, queda comprobado que el producto cunde suficiente para unos meses.

En cuanto a la composición, se trata de una mascarilla totalmente natural con dos únicos ingredientes, Vitamina C y Ácido Kójic, un producto resultante del sake japonés y elaborado con vino de arroz con una potente acción blanqueadora y cierto efecto antibiótico. La textura en polvo es la combinación de las dos sustancias, pero casi mágicamente a base de agua se transforma en un jugoso gel. Solo queda aplicarse el producto varios minutos masajeándonos el rostro. El procedimiento es, por tanto, rápido y totalmente apto para los más perezosos en cuestiones de belleza.

Eso sí, aunque el uso sea relativamente sencillo, las instrucciones es mejor no tomarlas al pie de la letra, puesto que se quedan muy muy cortas en cuanto a cantidades. Básicamente recomiendan espolvorear el bote entre dos y cuatro veces, pero con esa cantidad el producto es totalmente inútil. Es necesaria una dosis bastante mayor para que el exfoliante tenga una mínima posibilidad de éxito. Lo mismo ocurre con el agua. Para que la mascarilla cambie la textura y se convierta en una crema gustosa al tacto en vez frotarse la cara con unos polvos rasposos, no basta con humedecerse las manos. Un tip: se pueden mojar sin miedo hasta que la mezcla coja forma.

Una vez aplicada se deja actuar unos minutos, se retira y ¡voilá! El resultado, bastante parecido a lo que promete. Aporta luminosidad a la piel y la deja con una agradable sensación de hidratación. Hay que recordar, no obstante, que no es una mascarilla limpiadora y si tu intención es eliminar los molestos granos o puntos negros, no es tu producto. Ojo también a que entre en contacto con los labios o zonas más delicadas, su olor y regusto metálico no es nada agradable y además es muy difícil desprenderse de él.

Nosotros la hemos probado solo en el rostro, aunque es de uso corporal. Y podemos decir que, en general, nos gusta bastante, sobre todo por lo cómoda que es de usar y porque hemos confirmado que verdaderamente revitaliza la piel y la hidrata como si acabaras de salir de una higiene facial en tu centro de estética. Y solamente se necesitan cinco minutos. ¿Para qué más?

VALORACIÓN DEL PRODUCTO:

1.- Presentación del producto:

2.- Facilidad de uso:

3.- Textura-Fragancia:

4.- Duración del tratamiento:

5.- Originalidad:

6.- Formato:

7.- Relación calidad-precio:

8.-NIVEL DE SATISFACCIÓN DEL USUARIO:



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