¡Otra Navidad más! ¿Cuántos de vosotros lamentará no haber tenido un poco de control frente a la mesa?
En este sentido, la planificación es la clave de una alimentación nutricionalmente saludable, y en Navidades ésta debe ser meditada y organizada con tiempo, para evitar que luego no sólo lamentemos la subida de peso en enero, sino los problemas de salud que pueden acarrear. Pero, ¿cómo bajar estos kilos de más?
1. Llena tus platos de verduras de temporada, crucíferas (col, kale, coliflor, brécol), magníficas para depurar y desintoxicar tu organismo gracias a su alta concentración de calcio y fibra.
2. Disfruta de las ricas alcachofas que son diuréticas y favorecen la desintoxicación hepática atenuando el impacto de los tóxicos sobre el hígado.
3. De los cítricos: naranja, limón, mandarina, pomelo... son la primera defensa contra los radicales libres, ya que protegen las lipoproteínas de la oxidación. También nos ayudan a regular los niveles de glucosa sanguínea.
4. Toma apio que ayuda a la disminución del ácido úrico y los residuos tóxicos, nos ayuda en el transito intestinal gracias a su alto contenido en fibra y tiene un efecto protector sobre las vías urinarias.
5. Llena tus comidas de ajo y cebolla, ricos también en antioxidantes, nos ayudan a reducir triglicéridos y colesterol y son muy purificadores.
6. Repite varias veces a la semana pescado azul en tus comidas, ricos en ácidos Omega 3 que dará energía a tu corazón, mejorara la sensibilidad a la insulina y el metabolismo de la glucosa.
7. Y por último, que las legumbres y los cereales integrales estén presentes en tu alimentación, ricos en fibra que ayudan a combatir la obesidad ya que reducen la absorción de grasas y azúcares.
Y, por supuesto, no te olvides de...
8. Volver a la rutina del ejercicio y dale al cuerpo movimiento… sube las escaleras de casa, baja un parada antes de tu destino de metro ó autobús, aparca un poco más lejos… os simplemente cuida mucho el evitar el sedentarismo!
9. Beber. ¡Y no vino por favor! Agua, agua y agua… sola o con frutas, a modo de infusiones, caldos o lo que más te apetezca. Hidrata ese cuerpo enfadado contigo por los excesos de alcohol, vuelve a tus buenas costumbres de tener una botellita cerca y regala a tus riñones filtrar agua por favor.
10. Vigilar el tamaño de las raciones, si vienes de haberte excedido mucho, tendrás al principio que controlarte porque tu estomago te pedirá a gritos que lo llenes como las pasadas semanas. Control y sírvete en el plato lo que vas comer y nada de picoteos.
11. Apartar por un tiempo los azúcares e hidratos de carbono refinados.