El equilibrio de vitaminas, minerales y nutrientes es esencial para el bienestar y la salud del organismo. Una de esas sustancias tan importantes es la vitamina E, que se encuentra principalmente en los alimentos vegetales y que tiene un alto poder antioxidante.
La vitamina E trabaja en la regeneración de las células del cuerpo, en el correcto funcionamiento del sistema inmune y la salud metabólica. Pero es que, además, esta sustancia ayuda a proteger contra los radicales libres, las moléculas dañinas que pueden derivar en enfermedades cardíacas y cáncer. Por lo tanto, asegurar el consumo de vitamina E a través de la dieta debe ser clave en el día a día.
BENEFICIOS DE LA VITAMINA E EN LA PIEL, CABELLO Y ORGANISMO
La vitamina E, también conocida como tocoferol libre, está presente principalmente en los alimentos de origen vegetal, por lo que podemos obtenerla a través de lo que comemos. Es una sustancia liposoluble, es decir, se disuelve en las grasas para su uso posterior, y se concentra en el hígado y en los tejidos adiposos. Actúa en las membranas celulares y es allí donde evita que las reacciones de los radicales libres se propaguen, por lo que es un poderoso antioxidante natural.
Y, como buen antioxidante, sus propiedades trascienden a la piel. Además de protegerla frente a estos radicales libres provocados por los rayos del sol y otros factores como la contaminación, el tabaco o el alcohol, que son los causantes del estrés oxidativo en la piel, la vitamina E ayuda a hidratarla y a promover la regeneración celular en la barrera cutánea, gracias a la retención de la humedad. De esta manera, contribuye a mantener un rostro rejuvenecido y liso, con las arrugas y líneas de expresión a raya y favoreciendo la salud de los tejidos cutáneos.
Respecto al cuidado del cabello, esta vitamina antioxidante favorece la reparación celular del folículo piloso del cuero cabelludo, los responsables del crecimiento del pelo. Y lo hace evitando el envejecimiento de las células y los radicales libres. Asimismo, otra de las propiedades que se atribuye a la vitamina E es que contribuye a frenar la caída del cabello y que incluso favorece su crecimiento.
Un déficit de la vitamina puede derivar en un debilitamiento del sistema inmune
En el resto del organismo, este nutriente esencial favorece la salud cardíaca. Un aporte adecuado de vitamina E ayuda a proteger el corazón y a mantener las arterias en un buen estado de salud, pero también tiene propiedades antiinflamatorias que previenen la formación de coágulos en la sangre y de placa en las arterias. Ambas son causas principales de las enfermedades cardíacas. Y, como gran antiinflamatorio, la vitamina E reduce la inflamación en el resto del cuerpo, síntoma estrechamente vinculado al dolor crónico. Por otro lado, se ha asociado a la mejora de la fertilidad por su acción reparadora de las células, que también interfiere en las células sexuales.
En cambio, un déficit de la vitamina puede derivar en un debilitamiento del sistema inmune, perjudicando a todas estas propiedades y favoreciendo el riesgo de enfermedades cardíacas, envejecimiento celular y actividad tumoral. Por ello, es recomendable asegurar un aporte adecuado de vitamina E a través de la alimentación.
ALIMENTOS RICOS EN VITAMINA E
La vitamina E está presente de forma natural en los vegetales. Entre ellos, varias frutas destacan por su elevado aporte, y son el kiwi, el mango y el aguacate. Además, varios aceites también son fuente de esta sustancia, como el aceite de girasol, el aceite de maíz, el de soja y el de oliva. Los frutos secos (avellanas, almendras, cacahuetes y pistachos) y verduras como los espárragos, las espinacas, el brócoli y el tomate natural son ricos en vitamina E.
Respecto a los alimentos de origen animal, algunos destacan por su alto contenido en dicha vitamina pescados como el besugo y el salmón, y las conservas en aceite como el atún, el bonito y la caballa. Otros productos del mar, como los calamares y los mejillones, también presentan un alto contenido de vitamina E.
La vitamina E se degrada con el tiempo, así que es preferible consumir los alimentos que lo contienen en una fecha próxima a su compra
Algunos de estos son los frutos secos, especialmente las almendras y las avellanas, las semillas, como las de girasol, y algunos vegetales de hoja verde como la espinaca y el brócoli. Las verduras de hoja verde, en particular, son conocidas por su alto contenido de vitamina E.
Los suplementos con vitamina E están recomendados para mejorar los niveles de este nutriente esencial en el organismo. Sin embargo, siempre se aconseja consultar con un profesional de la salud para garantizar ese aporte extra en el organismo, pues los niveles adecuados varían en función de la edad, el sexo y la salud general del individuo. Además, cabe recordar que una ingesta excesiva podría provocar efectos secundarios en el organismo, tales como náuseas, diarrea, debilidad, fatiga y dolores de cabeza.
COCINADO Y CONSERVACIÓN DE LA VITAMINA E
La vitamina E es sensible a las altas temperaturas, por lo que el cocinado de los alimentos, como por ejemplo la cocción, puede reducir su contenido en los alimentos. Por eso, es recomendable optar por cocinados suaves, como el hervido o el vapor. También se recomienda consumir alimentos ricos en vitamina E en su forma cruda, siempre que sea posible, para preservar mejor el nutriente. Y, al ser liposoluble, se absorbe mejor en presencia de grasa, por lo que es beneficioso incluir una fuente saludable de grasa en las comidas acompañadas de alimentos ricos en vitamina E.
Respecto a la conservación de los alimentos, lo ideal es almacenar los vegetales como los frutos secos en lugares frescos y oscuros para evitar su oxidación. Además, es preferible consumir estos alimentos poco después de su compra, puesto que la vitamina E se degrada con el tiempo y perdería su efectividad.