En verano la temperatura aumenta, y esta realidad que no sorprende a nadie, es también la responsable de que tengamos menos hambre. Pero, aunque a nadie le sorprende que nuestra dieta se aligere relegando platos de cuchara, fritos y otros platos altamente calóricos propios de los meses de frío por otros más frescos y bajos en grasas ¿por qué tenemos menos hambre?
Nuestra biología como animales de sangre caliente, hace que nuestro organismo demande mayor cantidad de calorías cuando hace frio para mantener nuestra temperatura corporal, necesidad que disminuye en verano por razones obvias.
Además, comemos menos cantidad porque nuestros sistemas de refrigeración, por medio del sudor y de la sangre circulando más a nivel periférico para enfriarnos (el calor sonroja nuestra piel), son prioritarios frente a la sangre que necesitamos en el sistema digestivo.
El verano es por tanto una época que podemos aprovechar para reeducar nuestros hábitos y dieta, mejorando nuestra salud, adelgazar y mejorar así la efectividad de nuestras rutinas de entrenamiento
Sin embargo, esta realidad que por un lado favorece que adelgacemos y consumamos menos platos y alimentos grasos en pro de mayor cantidad de frutas, verduras, cereales y agua, también trae consigo el peligro del alcohol, principalmente cerveza o vino que consumimos como refrigerio altamente ligado a la socialización propia del verano.
El verano es por tanto una época que podemos aprovechar para reeducar nuestros hábitos y dieta, mejorando nuestra salud, adelgazar y mejorar así la efectividad de nuestras rutinas de entrenamiento. “En Reto 48 realizamos planes nutricionales que nos ayudan a llevar una dieta sana, aprender sobre cómo funciona nuestro organismo ante estos cambios y a disfrutar haciéndolo, ya que esa es la clave para mejorar y mantener unos hábitos saludables”, explica Nieves Cuesta, coach nutricional y nutricionista deportivo de Reto 48.
¿SABÍAS QUÉ...?
- Una cerveza aporta unas 142 calorías, mientras que una sin alcohol solo 50. Además del impacto que esto supone en nuestro peso, debemos ser conscientes de que el alcohol no nos aporta nada positivo.
- Una hamburguesa contiene entre 500 y 600 calorías, mientras que una ensalada fría de pasta con atún nos aporta unas 300 calorías.
- Un refresco carbonatado de 33cc nos aporta 140 calorías ya que contienen 37 gramos de azúcar, tanto como 7 cucharadas soperas, mientras que un zumo de sandía solo 45, y está cargado de vitaminas A y C, betacarotenos y fibra; y si te la comes en piezas aún mejor, te refresca y el pico de azúcar que tendrás será menor, además de conservar su fibra.
- Una ración de merluza frita tiene unas 180 calorías, mientras que una a la plancha solo 72.
- Cenar solo fruta no es lo mejor que puedes hacer para perder peso, ya que son muy ricas en azúcar, y hará que se tengan picos de insulina que, durante el sueño, al no quemarla, se convertirán en grasa. La proteína sin embargo es el macronutriente que más sacia, y que debería reinar junto a las verduras en una cena ideal.