Después de invertir todos nuestros esfuerzos en preparar nuestro cuerpo de cara al verano, no podemos permitirnos tirar por la borda los buenos hábitos adquiridos en estos meses. Los viajes a la playa y las vacaciones llevan consigo la visita a restaurantes y chiringuitos en los que nuestros buenos hábitos alimenticios se esfuman en un suspiro. La consecuencia: adiós al control sobre la cantidad y la calidad de alimentos y bebidas adecuados.
Por ello, si quieres llegar a septiembre en tu peso ideal y lleno de energía, la marca Oenobiol te propone esto consejos para que el verano no te pase factura.
1. HIDRÁTATE BIEN. En verano retenemos más líquidos, principalmente por el calor, pero también debido a que estamos siempre fuera de casa y no bebemos lo suficiente, provocando deshidratación. El consumo de agua es muy importante para eliminar la grasa, por lo que debemos beber como mínimo 2 litros de agua al día.
2. HAZ CINCO COMIDAS AL DÍA. Tres principales, ninguna muy copiosa y dos ligeras a media mañana/tarde. Aplica el principio de ''desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo''.
3. MENOS DULCES Y GRASAS SATURADAS. No abuses de los dulces (caramelos, helados, chocolates, bollería, refrescos azucarados), ni del alcohol ni alimentos grasos, sobre todo, los ricos en grasas saturadas como las carnes rojas, mantequillas, helados, etc.
4. CUIDADO CON EL PICOTEO. En verano es muy típico el comerse unas patatas fritas con un refresco o cerveza antes de comer, o el helado después de cenar. Pues bien, esto hará que la báscula se resienta si lo mantenemos toda la temporada estival. Si estás de vacaciones, puedes hacer una excepción, pero mucho cuidado al volver a casa y seguir manteniendo estos hábitos. En el caso del helado, teniendo en cuenta que no debemos abusar mucho de él, si lo comemos, es preferible que sea de hielo y disfrutarlo en la hora de la merienda, nunca después de comer y menos de cenar.
5. ABUSA TODO LO QUE QUIERAS DE FRUTA Y VERDURAS. Además de aportarnos agua y ayudarnos a evitar la deshidratación y la retención de líquidos, nos aporta fibra, que tiene efecto saciante y reduce los problemas de estreñimiento.
6. COCINA SANO. Con aceite de oliva virgen extra y mejor a la plancha, al vapor o al horno que frito o rebozado. Come despacio y masticando bien cada bocado. Además de digerir mejor la comida te llenarás antes con menos cantidad. Hasta 40 veces debemos masticar cada bocado, según sugiere un reciente estudio de la Universidad de Iowa (EE UU). La razón es que masticar con insistencia los alimentos antes de tragarlos reduce la cantidad que comemos, porque disminuye el hambre y el ''deseo'' que nos hace devorar más de lo que necesitamos. Además, al comer despacio aumentan los niveles de CCK, una hormona relacionada con la saciedad, y se reduce la concentración de grelina, la hormona que estimula el apetito en el cerebro.
7. ACTIVIDAD FÍSICA DIARIA. Pequeños gestos cotidianos te ayudarán a sentir menos cansancio y un mayor tono vital: subir o bajar escaleras en vez de coger el ascensor, utilizar el transporte público en lugar del coche, caminar por la ciudad, llevar a los niños andando al colegio, pasear con los amigos... Si además incorporas 30-40 minutos de paseo diario a ritmo rápido o haces algún deporte 3 veces por semana, mejorarás tu descanso relajando el sistema nervioso y disfrutarás de más tono muscular cuidando tus articulaciones.
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