La alimentación ha pasado de ser una necesidad vital a convertirse en un campo de batalla donde la industria, la publicidad y las creencias populares han distorsionado la relación natural del ser humano con la comida. En un mundo donde las dietas de moda, el conteo obsesivo de calorías y el consumo excesivo de ultraprocesados marcan la pauta, muchas personas se sienten atrapadas en un ciclo de culpa, ansiedad y desinformación.
En su nuevo libro, ‘Esclavos de la comida’, el divulgador científico y experto en psicoinmunología clínica Endika Montiel aborda este problema. “La cultura de las dietas, el marketing agresivo de alimentos ultraprocesados y las creencias erróneas sobre la nutrición nos han llevado a una desconexión con nuestras señales internas de hambre y saciedad”, explica para Estetic.esMontiel. Su objetivo con este libro es ayudar a los lectores a recuperar el control, comprender el funcionamiento real del cuerpo y liberarse de la manipulación de la industria alimentaria.
“La comida es información para el cuerpo”
Uno de los conceptos clave que expone el autor es que la comida no son solo calorías. “La comida es información para el cuerpo”, afirma. Para Montiel, no se trata solo de contar calorías o comer menos para perder peso, sino de entender el impacto de cada alimento a nivel hormonal, metabólico y celular. “La comida puede ser inflamatoria o puede ser reparadora. Cada macronutriente (proteínas, grasas y carbohidratos) y cada micronutriente (vitaminas y minerales) tienen un efecto directo en el metabolismo, las hormonas y la función cerebral”, enfatiza.
LA ALIMENTACIÓN, UN ÁMBITO RODEADO DE MITOS
El libro también desmonta algunos mitos sobre la alimentación que han sido ampliamente difundidos. Montiel destaca tres especialmente peligrosos: “el primero es la creencia de que ‘las grasas son malas’. Este mito ha llevado a décadas de dietas bajas en grasa que han empeorado la salud metabólica. En realidad, las grasas saludables son fundamentales para las hormonas y la función cerebral”. El segundo mito es que “comer cada 2-3 horas acelera el metabolismo”, cuando en realidad esto genera picos constantes de insulina que dificultan la quema de grasa y aumentan la resistencia a la insulina.
Por último, desmiente la idea de que “las calorías son lo único que importa”, ya que, según el experto, la calidad de los alimentos y la respuesta hormonal que generan son más importantes que el simple número de calorías consumidas. Otro de los puntos centrales del libro es la manera en que ciertas creencias erróneas afectan nuestra relación con la comida.
Un ejemplo claro de esto es la popular idea del ‘cheat meal’ o comida trampa. Montiel advierte que esta mentalidad puede generar un ciclo de culpa y recompensa dañino. “Esta visión de todo o nada crea un ciclo en el que las personas sienten que han fallado si se permiten un antojo. En lugar de eso, enseño a entender que se pueden disfrutar ciertos alimentos sin que esto signifique un fracaso”, explica.
LAS EMOCIONES, DETERMINANTES EN LA RELACIÓN CON LA COMIDA
El autor también subraya el papel clave de las emociones en la alimentación. “Muchas veces no comemos por hambre fisiológica, sino por hambre emocional”, afirma. El estrés, la ansiedad o la tristeza pueden llevar a las personas a buscar gratificación inmediata en la comida, especialmente en productos ultraprocesados y ricos en azúcar. “El azúcar y los ultraprocesados activan los mismos centros de recompensa en el cerebro que ciertas drogas, lo que refuerza el patrón de dependencia”, señala. La clave, según Montiel, está en aprender a identificar el hambre emocional y manejarlo con estrategias que no impliquen recurrir a la comida.
¿POR DÓNDE EMPEZAR?
Para aquellas personas que buscan romper con estos hábitos y liberarse de la dependencia alimentaria, el primer paso es la toma de consciencia. “Es fundamental identificar si comes porque realmente tienes hambre o porque estás aburrido o estresado. ¿Te castigas o te premias con la comida? Una vez que detectas estos patrones, puedes empezar a reconstruir la relación con la comida desde un lugar de consciencia y no de compulsión”, explica Montiel.
Entre los consejos clave que el autor comparte en su libro, destaca la importancia de reconectar con las señales de hambre y saciedad. “Hemos perdido esa capacidad debido al consumo excesivo de ultraprocesados y a la constante publicidad de la industria alimentaria. Aprender a comer alimentos reales, masticar bien, evitar distracciones y respetar el hambre fisiológica es esencial para recuperar el control sobre la alimentación”, sostiene.
"Hemos perdido esa capacidad debido al consumo excesivo de ultraprocesados"
En relación con este enfoque, Montiel también destaca los beneficios del ayuno consciente como una herramienta para mejorar la relación con la comida. “El problema hoy en día es que comemos por costumbre, no por necesidad. El ayuno permite que el cuerpo y el cerebro vuelvan a conectar con el hambre real y mejora la flexibilidad metabólica. Cuando ayunas de manera consciente, dejas de ver la comida como una gratificación constante y empiezas a verla como una herramienta para nutrir el cuerpo”, explica.
Finalmente, el autor expresa su deseo de que el libro ayude a los lectores a recuperar el control sobre su alimentación. “Quiero que entiendan que no están fallando ellos, sino que han sido condicionados por la industria alimentaria y por mensajes erróneos durante años. Si al final del libro sienten que tienen las herramientas para tomar decisiones desde un lugar de libertad y no de compulsión, habré conseguido mi objetivo”, concluye. Su mensaje es claro: la comida debe ser vista como un aliado que nutre y fortalece, no como un enemigo que controla la vida de las personas.