El salvado de trigo es un componente natural del trigo que corresponde a las capas externas del grano y que está presente de forma íntegra en las harinas integrales. Conocido por su alto contenido en fibra, también tiene un gran aporte de vitaminas B1, B2, ácido pantoténico, carotenos, magnesio, zinc, hierro, calcio o ácido ferúlico.
Por todo ello, hay evidencia científica de que tiene numerosos efectos saludables derivados de su consumo, como la prevención de algunas enfermedades gastrointestinales, efecto protector frente a patologías cardiovasculares o la obesidad.
Además, según la EFSA (European Food Safety Authority), el consumo de al menos 10 gramos al día de fibra de salvado de trigo, incrementa la masa fecal y acelera, de forma significativa, el tránsito intestinal.
Esto provoca que su consumo reduzca el riesgo de padecer cáncer de colon y recto, ya que la fibra dietética aumenta el volumen de las heces, lo que hace que los potenciales carcinógenos presentes en ellas se diluyan y favorece el tránsito intestinal, con lo que se reduce el tiempo de contacto de los carcinógenos con las paredes del intestino.
Por otro lado, también hay estudios que observan una mayor incidencia de cáncer de estómago en personas con una baja ingesta de fibra procedente de los cereales; y que el consumo de fitoquímicos presentes en el salvado, reducen el riesgo de sufrir cáncer de mama, próstata o pulmón.
Porque tú eres lo más importante… Estetic.es
Por todo ello, hay evidencia científica de que tiene numerosos efectos saludables derivados de su consumo, como la prevención de algunas enfermedades gastrointestinales, efecto protector frente a patologías cardiovasculares o la obesidad.
Además, según la EFSA (European Food Safety Authority), el consumo de al menos 10 gramos al día de fibra de salvado de trigo, incrementa la masa fecal y acelera, de forma significativa, el tránsito intestinal.
Esto provoca que su consumo reduzca el riesgo de padecer cáncer de colon y recto, ya que la fibra dietética aumenta el volumen de las heces, lo que hace que los potenciales carcinógenos presentes en ellas se diluyan y favorece el tránsito intestinal, con lo que se reduce el tiempo de contacto de los carcinógenos con las paredes del intestino.
Por otro lado, también hay estudios que observan una mayor incidencia de cáncer de estómago en personas con una baja ingesta de fibra procedente de los cereales; y que el consumo de fitoquímicos presentes en el salvado, reducen el riesgo de sufrir cáncer de mama, próstata o pulmón.
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