La llegada del verano y la famosa ‘operación bikini’ nos sumerge, en muchas ocasiones, en la presión de lucir cuerpos normativos y sin imperfecciones, idealizados, “sin kilos de más”, como suele decirse. Esto a veces nos conduce a confiar en las populares (pero desaconsejadas) ‘dietas milagro’, la mayoría de ellas poco o nada saludables, que implican un coste para la salud. Para conocer estos riesgos, Estetic ha contactado con la Dra. Irene Bretón, especialista de Endocrinología y Nutrición del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid).
La experta nos cuenta que estas pautas de alimentación ‘milagrosas’ “pueden no ser equilibradasni garantizar todos los nutrientes esenciales que el cuerpo necesita”, algo que puede derivar incluso en el desarrollo de algunas enfermedades por dicho déficit. Otro de los riesgos implicados es la pérdida de masa muscular, pues “cuando se hacen dietas muy rápidas, existe el riesgo de que se pierda agua, de que se pierda masa muscular y de que, en cambio no se pierda grasa”, señala la endocrina, aclarando que “la obesidad es exceso de grasa, no de peso”.
Ese riesgo de pérdida de masa muscular puede ser mucho más elevado en las personas mayores o en aquellas que tengan alguna enfermedad o condición crónica, pues “ya de por sí podrían presentar algunos déficits nutricionales”. Adicionalmente, la experta destaca que “hay muchas personas que quieren perder peso, pero que realmente por salud no lo necesitan”, una idea especialmente extendida entre las mujeres. La presión social está detrás de estas imposiciones.
"Cuando una persona tiene obesidad o sobrepeso, se le recomienda que tome aproximadamente 500 calorías menos al día de lo que su cuerpo necesita"
Ante estos hechos, la restricción de calorías se ha posicionado como una alternativa para la pérdida de peso más eficaz y saludable, pero hay que tener en cuenta algunas consideraciones. La doctora señala que, “cuando una persona tiene obesidad o sobrepeso y se le recomienda perder peso, se le recomienda que tome aproximadamente 500 calorías menos al día de lo que su cuerpo necesita. De esa manera podrá bajar de peso de una forma lenta y progresiva, pero con un menor riesgo de hacer un efecto rebote”.
Sin embargo, esta restricción calórica “debe mantener el aporte de nutrientes esenciales para que la alimentación sea lo más adecuada posible”. Llegados a este punto, la nutricionista recuerda que cada persona debe analizar cuál es su pauta de alimentación, evaluando qué le sobra o qué le hace falta y llevando a cabo los ajustes necesarios. Así “su salud va a mejorar con seguridad”, afirma la experta.
"La obesidad es exceso de grasa, no de peso"
Se trata de buscar la calidad de la pauta de alimentación, que priorice el consumo de frutas, verduras, legumbres, alimentos lácteos y que evite el exceso de grasas y azúcares o el alcohol, en definitiva, de alimentos que solo aportan calorías vacías para lograr un balance energético adecuado. La experta cree que la población ya sabe aproximarse a qué alimentos son adecuados (o no) y componen una pauta equilibrada. No obstante, cree que la gente no sabe cómo debe llevar su alimentación a la práctica, y es ahí donde la planificación, en la que también interfieren las condiciones personales, entran en juego.
La Dra. Bretón recuerda que la obesidad es una enfermedad que influye como factor en otros problemas de salud, por ejemplo, en la salud ósea, en el sistema respiratorio, en los problemas cardíacos o incluso en la fertilidad. Por ello, insta a consultar siempre con el profesional de Atención Primaria, que es la persona de referencia para atender cualquier problema de salud, así como con cualquier profesional sanitario que esté tratando otras complicaciones: “Hay que consultar, porque se pueden recomendar ayudas a las personas que tienen este problema, pero también permitirá conocer hasta qué punto el exceso de peso influye o no sobre la salud”, concluye.