¿Te preocupa el clima? Si tu respuesta es sí, estás de suerte porque con esta dieta tendrás un dos por uno.
Los alimentos que comemos son responsables del 24% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Por eso, la mejor opción es la dieta climática, ya que es una “dieta respetuosa con el clima” que anima a las personas a elegir sus alimentos en función del impacto medioambiental o la huella de carbono.
La dieta climática consiste en comer más legumbres, menos carne, verduras y fruta de temporada
La dieta climática se centra en gran medida en reducir el impacto ambiental mediante la reducción de la ingesta de productos animales y optando por un patrón de alimentación basado mayoritariamente en plantas. Promueve el veganismo, el vegetarianismo y el pescatarismo como formas de alimentación más sostenibles.
Para las personas que comen productos de origen animal, esta dieta fomenta la elección de carne de cerdo, aves de corral, pescados sostenibles como el cangrejo azul, productos lácteos y huevos en lugar de carne de res, cordero, cabra y pescados no sostenibles como el pez espada, que suelen estar sobreexplotados, como un medio para reducir emisiones de alimentos.
Además de elegir más alimentos de origen vegetal, los defensores de la dieta climática instan a las personas a comer frutas y verduras cultivadas localmente y de temporada.
Otros métodos relacionados con los alimentos para reducir el impacto ambiental promovidos por esta dieta, son evitar los alimentos transportados por aire, los alimentos cultivados en invernaderos con calefacción, los alimentos altamente empacados o desechables y limitar el desperdicio de los mismos.
En definitiva, la dieta climática consiste en comer más legumbres, menos carne, verduras y fruta de temporada y sobre todo que sean de mucha proximidad. Y también hace especial hincapié en la sostenibilidad y el reciclaje.