La llegada del nuevo año y la lista de propósitos (que se intentan cumplir, aunque no siempre se logre), siempre incluyen el apartado de “cuidar la alimentación”. Para ello, siempre optamos por escoger una dieta, de las tantas que hay, para cuidar y controlar lo que comemos.
Por ello, no es de extrañar que cada vez existan más dietas. Todas ellas muy diferentes entre sí, pero con el mismo objetivo de beneficiar a nuestra salud. Las podemos encontrar adaptadas a todos los gustos: para personas veganas y vegetarianas (vegana), adaptada para todos (mediterránea), para aquellos que de vez en cuando se dan el capricho de comer carne o pescado (flexitariana), saludable para el corazón (dash), basada en el consumo de alimentos similares a los que se podrían haber consumido durante la era paleolítica (paleo)…. Y así podríamos continuar con una larga lista.
Una de las últimas en incorporarse ha sido la dieta raw o cruda, un estilo de alimentación basado en el consumo de alimentos crudos o cocinados a baja temperatura.
Lo más importante es no calentar los alimentos por encima de los 42 grados
Por norma general, este tipo de alimentación incluye alimentos procedentes del reino vegetal, ya que la mayoría suelen ser frutas y verduras, por lo que se puede decir que es prácticamente llevar una alimentación vegana.
Lo más importante es no calentar los alimentos por encima de los 42 grados para evitar la destrucción de las enzimas y nutrientes de los alimentos.
BENEFICIOS
Tal y como señalan desde Mapfre Salud, estos son algunos de los beneficios de llevar este tipo de alimentación, teniendo en cuenta que ya hablamos de una alimentación saludable basada en el consumo de vegetales, hortalizas y frutas.
Al estar compuesta por mucha fruta y verduras, esto conlleva un mayor aporte de fibra soluble e insoluble, lo que resulta imprescindible para regular y mejorar el tránsito intestinal.
Minimiza las pérdidas de vitaminas, minerales y fibra que ocurren durante los procesos de cocción.
Mejoran la diabetes, ya que al ser cocinados al vapor, ayudan a eliminar el azúcar y los carbohidratos procesados que favorecen la aparición de estas enfermedades
Ayuda a perder peso, aumenta el nivel de energía y limpia el organismo
¿Es peligrosa? Realmente no se trata de una dieta peligrosa, pero tampoco se recomienda practicar a todas las personas. Es muy importante saber que el hecho de consumir los alimentos crudos puede suponer un riesgo para dificultar las digestiones en algunas ocasiones. De esta manera, no está recomendada para personas con enfermedad de Crohn o con síndrome de intestino irritable.