Existen multitud de dietas milagrosas que prometen una pérdida de peso en poco tiempo. Sin embargo, muchas carecen de argumentos científicos que respalden su eficacia. En ese contexto, surgen las dietas que tratan de acelerar el metabolismo para favorecer la pérdida de grasa. Una de ellas es la dieta del truco del hielo, conocida por su actividad metabólica
La dieta del truco del hielo es uno de los últimos planes para la pérdida de peso. Consiste en añadir hielo a otros alimentos o bebidas, beber líquidos muy fríos y solamente consumir alimentos fríos dentro de la cantidad de calorías permitidas para la persona. Así, contribuye a la pérdida de peso a través de la reducción de la temperatura corporal de la persona, esto provoca una aceleración del metabolismo, lo que a su vez, permite una mayor quema de calorías.
METABOLISMO
El metabolismo es la velocidad con la que el cuerpo usa y quema la energía. Con esta dieta que resulta en un metabolismo más acelerado, la persona puede ser capaz de quemar más energía o calorías de las que consume. De forma que, puede ayudar a una pérdida de peso mayor y más rápida. En otras palabras, el frío estimula al metabolismo y contribuye a tratar afecciones como la obesidad y las enfermedades metabólicas.
Consiste en añadir hielo a otros alimentos o bebidas, beber líquidos muy fríos y solamente consumir alimentos fríos
Concretamente, la razón de esta relación podría estar en la grasa parda o tejido adiposo marrón, una membrana que tienen un papel regulador en el metabolismo y tiene mayor actividad en temperaturas frías. Además, puede descomponer el azúcar en sangre y las moléculas de grasa para subir y mantener la temperatura corporal.
TERMOGÉNESIS
El patón dietético de esta dieta sigue el principio de la termogénesis. Cuando el cuerpo produce calor debido a las respuestas ambientales, como al frío, para mantener el proceso de homeostasis, cuando el organismo trata de equilibrar todos los sistemas para garantizar el correcto funcionamiento y supervivencia del cuerpo.
En ese sentido, la dieta del hielo intenta desencadenar la termogénesis por frío, cuya respuesta consiste el acelerar el metabolismo. Y es que, muchas personas usan técnicas de frío para controlar el peso como los baños de hielo, duchas frías o compresas de hielo en el cuerpo.
¿REALMENTE FUNCIONA?
Varias investigaciones confirman que la exposición al frío puede aumentar el metabolismo. Sin embargo, se necesitan más pruebas para determinar su eficacia. Se cree que la exposición al frío es capaz de aumentar el gasto total de energía con el objetivo de mantener la temperatura promedio del cuerpo. Pero, su eficiencia puede estar condicionada por otros factores como la genética, calidad del sueño o niveles de actividad física.
No obstante, no es aconsejable que una persona confíe enteramente en este régimen como único plan de alimentación para desprenderse de algunos kilos. Por esa parte, algunas investigaciones han señalado algunos inconvenientes de esta dieta como la ralentización de las contracciones estomacales y la rapidez con la que los alimentos viajan por el sistema digestivo.
Algunas de las consecuencias más inmediatas pueden implicar vaciamiento gástrico o gastroparesia. También puede existir un riesgo de choque por frío que resulte en cambios en la respiración, frecuencia cardíaca o presión arterial.