El crecimiento de los niños es una de las etapas más difíciles de afrontar por parte de los padres y madres. Miles de dudas, incertidumbres, miedos y preguntas a las que muchas veces no encontramos solución. Desde la marca de alimentación infantil Nutriben, se han propuesto ayudar a los padres para resolver todas las dudas que puedan tener.
1. Mi hijo no come.
La introducción de la alimentación complementaria (AC) es uno de los principales temas que ocupan la mente de los papás. La AC se considera un proceso por el cual se ofrecen al lactante alimentos sólidos o líquidos diferentes a la leche materna o de una fórmula infantil como complemento, y no como sustitución de esta. Pero, ahora bien, ¿cuándo debemos empezar con ello?
Partimos de que cada bebé requiere de su propio tiempo. Para poder ingerir alimentos diferentes a la leche es indispensable que el organismo tenga la maduración necesaria a nivel neurológico, renal, gastrointestinal e inmune. Lo ideal es que iniciemos la AC entre el 4º y el 6º mes de vida y que siempre lo hagamos de forma progresiva.
El apetito de los lactantes es diferente en cada niño y circunstancia. La expectativa de una cantidad concreta de ingesta puede frustrar a los padres y hacer que el momento de la comida se convierta en una situación tediosa. Nodebe cundir el pánico si nuestro bebé entra en su 5º mes de vida, por ejemplo, y no se muestra receptivo para iniciar la AC.
La Asociación Española de Pediatría desaconseja demorar el inicio de la AC por encima del 7º mes de vida, ya que esto podría aumentar el riesgo de problemas nutricionales. Se recomienda ofrecer de manera prioritaria alimentos ricos en hierro y zinc. Podemos empezar con pollo, pavo, frutas (no zumos) y cereales de grano entero, y continuar con pescados blancos, huevo cocido (primero ¼ yema), verduras (no espinacas, acelgas o borraja).
2. Mi hijo no crece.
El ‘percentil’ es la gráfica que valora el crecimiento según la longitud y el peso del bebé. Esta célebre curva será lo que nos indique el desarrollo físico del peque, pero ¿qué debemos tener en cuenta al consultar esta gráfica? Si la curva crece de manera adecuada y el bebé se mantiene en su percentil, significa que todo va bien, sea cual sea este. Es decir, el pediatra no tendrá tanto en cuenta si el bebé tiene un percentil 25 o 75, sino más bien que el percentil siempre sea el mismo y que no se produzcan variaciones bruscas en su curva, para que vaya ascendiendo siempre de manera gradual.
El aumento de peso y talla de un bebé dependerá en gran parte de su genética, es decir, de la herencia familiar y del tamaño de sus padres. Por otra parte, la alimentación desde el nacimiento influirá también en el peso del bebé.
La Asociación Española de Pediatría desaconseja demorar el inicio de la alimentación complementaria por encima del 7º mes de vida
Los bebés, durante su primer año de vida, experimentan generalmente un aumento de talla promedio de 2cm al mes, aunque el crecimiento no es uniforme, sino que aumenta más rápidamente durante los primeros meses y se va desacelerando a medida que el niño se acerca al año de vida. Así, al cumplir un año, el niño puede llegar a alcanzar los 75cm de media.
3. Mi hijo no duerme.
Cuando los bebés cuentan con apenas unos meses de vida, los ciclos de sueño son cortitos y debemos tratar de adaptarnos de tal forma que no alteremos sus ritmos de sueño y alimentación. Para conseguir que el bebé duerma es importante no forzarle, simplemente ofrécele la posibilidad de estar relajado en un ambiente óptimo para dormir, preferiblemente a oscuras o con una luz muy tenue.
Identifica las señales que te ofrece tu bebé: fíjate en sus cejas, su entrecejo, mirada perdida o si bizquea (en el caso de los más peques). También ten en cuenta si reduce su actividad, si se frotan los ojos, si piden brazos, o si arquean la espalda. Poco a poco os iréis familiarizando con sus gestos, sus acciones y sus emociones; todo lleva su tiempo.
Para conseguir que el bebé duerma es importante no forzarle, simplemente ofrécele la posibilidad de estar relajado en un ambiente óptimo
Las siestas nos ayudan a regular en el organismo los niveles de melatonina (hormona del sueño) y de cortisol (hormona de la actividad y el estrés). Un exceso de cortisol dificulta el descanso tanto en edad infantil como en edad adulta. Si el bebé duerme sus siestas adecuadamente tendrá un equilibrio hormonal, lo que le ayudará a conciliar el sueño más fácilmente.
LA ALIMENTACIÓN, CLAVE EN SU CRECIMIENTO
Ofrecerle una alimentación equilibrada se presenta como el punto más importante durante los primeros meses de vida del bebé, convirtiéndose así en nuestra principal aliada para ayudar conseguir un buen descanso, un crecimiento adecuado y poder contribuir en el desarrollo del bebé lo máximo posible.
Belén Alonso, nutricionista de Nutribén, recuerda que “una dieta sana es un elemento básico en la infancia que evitará problemas de salud presentes y futuros como la obesidad, y recordamos que resulta de gran utilidad para controlar el estrés de los peques y los cambios de humor e, incluso, conseguir un patrón de descanso apropiado a la edad de cada uno”.
La nutricionista confirma que “en los inicios de la Alimentación Complementaria podemos introducir ciertos nutrientes mediante los potitos, por ejemplo, el pescado, la verdura y la fruta, de una manera fácil y segura”.