¿Por qué es mejor comer despacio y masticar más?

La dietista Cristina Navarro explica a Estetic.es las ventajas de ingerir despacio los alimentos y el por qué de la importancia de comer de una forma pausada y relajada.

Estetic
24 marzo 2016 | 12:00 h
¿Por qué es mejor comer despacio y masticar más?
¿Por qué es mejor comer despacio y masticar más?
Hoy en día la rutina diaria hace que veamos la hora de comer como algo prescindible que no debe llevarnos mucho tiempo, porque los minutos son oro, y sobre todo en el entorno laboral que tanto estrés nos provoca de lunes a viernes. Si además, a todo ello le sumamos que hay que llevar comida preparada de casa o decantarnos por cualquier plato preparado o de take away que encontremos en el supermercado, las prisas vienen casi implícitas…
"Comer despacio no adelgaza, pero sí aumenta la sensación de saciedad haciendo que ingeremos menor cantidad de alimentos"

Sin embargo, como explica la dietista Cristina Navarro a Estetic.es lo más indicado, tanto para la salud como para no ganar peso, es comer de forma pausada. “Aunque comer despacio no adelgaza, sí aumenta la sensación de saciedad haciendo por tanto, que ingeramos menos cantidad de alimentos”.

Y es que, resulta que cuanto más hayamos masticado, antes llega esa sensación. Según la especialista, quienes comen de un modo más relajado, también toman un poco más de agua, lo que supone una distensión del estómago que se traduce, una vez más, en el efecto saciante.

“Las señales químicas que el estómago envía al cerebro para informarle de que ya se ha consumido la cantidad suficiente de alimentos suponen un intervalo de tiempo a tener en cuenta para aminorar el ritmo al que estamos comiendo”, destaca Cristina.

Por otra parte, comer deprisa también nos impide saborear y disfrutar de la textura y el aroma de la comida en un momento de liberación del estrés.

“En cuanto a la masticación, esta siempre dependerá de los alimentos”, detalla la dietista, “la carne hay que masticarla más para evitar molestias digestivas como el hipo o los gases que se presentan si los comemos masticando menos, ya que entra más aire en nuestro organismo”.
"La clave está en no volver a meter la cuchara o el tenedor en el plato hasta que no hayamos tragado lo que tenemos en la boca"

Existe una leyenda urbana que asegura que para seguir un proceso de digestión adecuado y para conseguir saciarnos se debe masticar cada bocado alrededor de cuarenta veces. Un mito que Cristina Navarro desmiente sin miramientos. “Lo que hay que tener en cuenta es que el alimento se haya masticado de manera suficiente, no el número de veces. La clave está en no volver a meter la cuchara o el tenedor en el plato hasta que no hayamos tragado lo que tenemos en la boca”.

Un truco que puede ayudarnos a la hora de evitar contar las veces que masticamos y que sin duda, es fácil de incorporar a la rutina diaria sin que el momento de la comida deje de ser un tiempo para la desconexión.


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