Los frutos secos son uno de los productos más recomendados en las dietas de casi todos los nutricionistas, incluidas las de adelgazamiento, debido a sus múltiples beneficios para la salud, por ello incluirlas en nuestra alimentación diaria es un gran acierto.
Además, tienen un alto contenido en fibra y antioxidantes, minerales como el calcio, el cinc, el fósforo, o el magnesio, ácidos grasos omega 3 y vitaminas del grupo B, A y E.
A pesar de ser muy calóricos, consumirlos con moderación contribuyen a la pérdida de peso y mantener a raya todos los indicadores de colesterol e hipertensión.
En este sentido, Diana González, de Bendita Locura Coffee & Dreams, explica que “para aprovechar todas las increíbles propiedades de los frutos secos, la primera imagen que debemos desterrar para siempre son esos platos de almendras o cacahuetes fritos, cubiertos por una abundante capa de sal y que consumimos a puñados sin apenas darnos cuenta”, pues “los frutos secos hay que consumirlos con moderación, sin freír ni salar”.
"Consumir frutos secos con moderación contribuyen a la pérdida de peso y a mantener a raya todos los indicadores de colesterol e hipertensión"
Por ejemplo, las nueces nos aportan proteínas sin los inconvenientes de la carne roja, por eso son prácticamente obligatorias en las dietas vegetarianas.
Numerosos estudios aseguran que consumidas a diario producen un aumento importante de los niveles de serotonina, una sustancia que como sabemos nos pone de buen humor, reduce la sensación de hambre, combate la obesidad abdominal, la hipertensión y mejora la salud cardiovascular. Por otro lado, tomar 3 o 4 almendras al día mejoran el tránsito intestinal, nos aporta calcio, retrasa la absorción del azúcar y previene la osteoporosis.