El anisakis es un parásito que tiene forma de gusano y que infecta a los mamíferos marinos, se puede reconocer porque mide 2,5 centímetros y tiene un aspecto ahilado, fino y de color blanco, cuyas larvas se desarrollan en diferentes especies y el hombre puede consumirlo al ingerir pescados parasitados por esas larvas, según explica la doctora Cristina Ortega Casanueva, responsable de la Unidad de Alergia y Neumología Infantil del Departamento de Pediatría y Neonatología del Hospital Quirónsalud San José.
En este sentido, la doctora recuerda que “hasta el 80% de pescados, como la merluza, pueden estar parasitados, por lo que hay que evitar el consumo de pescado y de cefalópodos crudos o semicrudos si previamente antes no han sido congelados”, ya que “las reacciones alérgicas se producen solo cuando la larva se ingiere viva, así que podremos prevenirlas matándolas antes de comernos el pescado”.
Y es que, aunque el verano es un buen momento para comer más pescado de lo habitual, debemos escoger los que estén cocinados, a la brasa, frito o a la sal… pues “siempre que sea fresco y no congelado, debemos saber que existe el riesgo de que tenga anisakis”.
Por eso, la doctora Ortega señala dos formas de matar las larvas. En primer lugar, congelar el pescado a -20°, un mínimo de 24 horas, preferiblemente durante al menos 72 horas. “Dado que en la playa no es tan fácil y lo habitual es comerlo fresco, solo es válida la segunda opción, que es cocinar el alimento a más de 60° durante 10 minutos. Además, las salazones también pueden acabar con el parásito”.
Por otro lado, si se come en casa, hay que tener en cuenta que los pescados a la plancha, horno o guisados en el microondas no son seguros, porque no se alcanza la temperatura suficiente durante el cocinado.
Pero, ¿cómo reconocer una reacción alérgica por anisakis? La reacción alérgica aguda suele desencadenarse entre 15 minutos y dos horas después de haber comido el pescado. “En la piel podremos objetivar habones (ronchas) generalizados que pican bastante y, en ocasiones, inflamación de los párpados y/o de los labios. Otros síntomas son dolor abdominal, naúseas, vómitos o diarrea”, ha detallado la especialista.