Cuando nuestro bebé llega al mundo, la leche materna es el mejor alimento que podemos ofrecerle durante sus seis primeros meses de vida, siempre complementada hasta los dos años con otros alimentos que hagan su dieta variada. Pero… ¿de qué se compone realmente? ¿por qué resulta tan beneficiosa para su desarrollo?
El cuerpo es muy sabio, por lo que la composición de la leche materna va variando conforme a las necesidades del bebé. Por este motivo, cuando hablamos de la composición de la leche materna, debemos distinguir tres fases principales. Los expertos de Lansinoh España nos cuentan cuáles son.
1. El calostro o primera leche. Se produce durante los primeros días después del parto y es fundamental tanto para nutrir como para proteger al bebé. Lo que más lo caracteriza es su color amarillento o anaranjado, y su densidad. Sus principales beneficios están en la activación del sistema inmunitario del bebé, la protección de sus neuronas, los oligosacáridos que actúan como prebióticos en el intestino (reduciendo el riesgo de inflamación cerebral) o la información de dientes y huesos gracias a sus vitaminas A, E y K.
Cuando nuestro bebé llega al mundo, la leche materna es el mejor alimento que podemos ofrecerle durante sus seis primeros meses de vida
2. Leche de transición (semanas 2 y 3). A los dos o tres días de nacer, como el bebé necesita más cantidad de leche, el cuerpo de la mamá aumenta la producción. El aumento es de 300-400 ml cada 24 h durante los tres primeros días hasta los 500-800 ml a partir del quinto día. A este aumento se lo denomina ''subida de leche''. La leche de transición se caracteriza por su textura cremosa. Posee las mismas propiedades que el calostro, pero los niveles tanto de grasa como de calorías y azúcares son mayores, ayudando al desarrollo del sistema nervioso, cerebro y ojos del bebé.
3. Leche madura (semana 4). A diferencia de la leche producida en semanas anteriores, esta contiene menos proteínas, minerales y vitaminas. Sin embargo, presenta un gran número de componentes bioactivos como las enzimas, que aceleran las reacciones químicas del cuerpo; la inmunoglobulinas, que neutralizan las bacterias y virus; o las hormonas, que contribuyen al correcto funcionamiento de órganos y tejidos y regulan el apetito del bebé, sus patrones de sueño y a fortalecer el vínculo con la mamá.
''La lactancia inicial dura unos seis meses, tras los cuales el bebé comienza a ingerir alimentos sólidos. Sin embargo, la leche materna continuará suponiendo el 93% de las calorías diarias acumuladas y entre los 11-16 meses de vida, supondrá aún el 50%, razón por la que la OMS ha recomendado que la alimentación con leche materna se prolongue hasta los dos años de vida, siempre complementada con otro tipo de alimentos que hagan su dieta más variada, equilibrada y saludable'', cuenta Inma Cima, responsable de marketing de Lansinoh España.