Lejos quedan ya las escenas veraniegas que tanto extrañamos. El frío y el invierno se convierten desde ahora en dos enemigos con los que saber lidiar. Llega el momento de pasar más tiempo dentro de casa, de estar cobijados con el calor hogareño, de los planes caseros, de disfrutar del sofá... Los últimos meses del año ofrecen escasas horas de sol, un hecho que afecta directamente a nuestro día a día, a través de una menor incidencia de los rayos solares en nuestra piel.
Da la sensación que el invierno es una época en la que parece imposible no ganar unos cuantos kilos de más. Hacemos muchos planes que lo favorecen: las noches de sofá y palomitas, esa tarde lluviosa que amenizamos con chocolate caliente y churros, los momentos ''cocinillas'' preparando una buena receta, los banquetes navideños dignos de un convite medieval...
El invierno es una época en la que parece imposible no ganar unos cuantos kilos de más
A pesar de todo, según Oenobiol, la tendencia a engordar en invierno puede que tenga una explicación médica más allá de nuestros excesos alimenticios. Un estudio dirigido por el doctor Peter Light, profesor de Farmacología de la Universidad de Alberta (Canadá), demuestra que la piel no almacena tanta grasa cuando la luz azul (solar) penetra en ella y en las células de grasa que están debajo.
El doctor Light y su equipo colocaron algunas células grasas debajo de las lámparas que emitían luz azul (emulando luz solar) durante cuatro horas y mantuvieron otras muestras en la oscuridad. Después de dos semanas, los grupos de células grasas mostraron diferencias notables.
Las células de grasa tratadas con luz azul tenían menos gotas de lípidos (orgánulos que almacenan grasa) que las células que no recibieron luz.
Si bien es cierto que se necesitan más estudios al respecto, los autores del estudio creen que la luz azul podría decirle a su cuerpo cómo almacenar grasa. Durante el invierno, cuando la luz del día es corta, el organismo está programado para almacenar grasa; con más luz solar en verano, el organismo cuerpo la quema nuevamente.
Los investigadores esperan que los hallazgos puedan conducir a innovaciones para bajar de peso, pero advierten que no intenten perder peso simplemente pasando más tiempo al sol.