Enmarcado en la I Jornada de Salud y Nutrición Infantil de la cátedra en Salud y Nutrición Infantil Nutrinfant, Nutribén ha celebrado un simposio-taller sobre la alergia a la proteína de leche de vaca desde el punto de vista del especialista en gastroenterología, alergología y nutrición.
En las últimas décadas, la prevalencia de alergias alimentarias ha aumentado de manera significativa. De hecho, en España es del 7,4%, siendo la alergia a la proteína de leche de vaca una de las más representada en este grupo encontrándose entre el 2% y el 3%. Este tema fue abordado desde el punto de vista del especialista en gastroenterología, alergología y nutrición.
Para presentar el tema y discutir diversos casos clínicos se contó con la presencia de tres reconocidos ponentes como son Josefa Barrio, del Servicio de Pediatría y Gastroenterología Pediátrica del Hospital Universitario de Fuenlabrada; Luis Echeverría, de la Unidad de Alergia y Neumología Pediátrica del Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés (Madrid); y el José Manuel Moreno, codirector del Departamento de Pediatría de la Clínica Universidad de Navarra (Madrid).
La tolerancia a las PLV se adquiere en torno a los 2-3 años, pero la tolerancia a sólidos no se adquiere hasta los 4-5 años
En este sentido, Barrio explicó quela enterocolitis inducida por proteínas de los alimentos (FoodProtein-Induced Enterocolitis; FPIES) es una alergia alimentaria no mediada por IgE potencialmente grave cuyo síntoma cardinal es el vómito.
La aparición de los síntomas con la ingesta del alimento y su desaparición tras la retirada del mismo son claves para el diagnóstico. Los principales alimentos implicados son las PLV (proteínas de la leche de vaca) y, en segundo lugar, la soja. Dentro de los alimentos sólidos los más frecuentes son los cereales, sobre todo el maíz y la avena.
Asimismo, en muchos casos es necesario realizar una provocación oral al alimento sospechoso para confirmar el diagnóstico, que debe realizarse en medio hospitalario, monitorizando al paciente y cateterizando una vía intravenosa ya que puedes ser precisa la administración de sueroterapia casi en el 50% casos.
La adquisición de tolerancia al alimento implicado es más tardía que en otros tipos de alergia no IgE mediada, dependiendo del país de origen y los alimentos implicados. La tolerancia a las PLV se adquiere en torno a los 2-3 años, pero la tolerancia a sólidos no se adquiere hasta los 4-5 años. La provocación oral al alimento excluido se debe realizar al igual que la provocación diagnóstica en medio hospitalario. Es necesario realizar previamente un prick a IGE ya que muchos pacientes desarrollan en la evolución una alergia IgE mediada al mismo alimento, en cuyo caso se retrasará la edad de adquisición de tolerancia.
Por su parte, Echeverría manifestó que existe un incremento documentado de la prevalencia de la alergia a la leche de vaca así como un aumento de la gravedad de las reacciones producidas por la alergia alimentaria. A largo plazo, existe un buen pronóstico de la alergia a la leche de vaca, alcanzando el 90% de tolerancia de forma natural.