A continuación, se muestran algunos de los principales riesgos para la salud que supone esta combinación, que puede llegar a ser más prejudicial que el consumo de tabaco y alcohol.
APARICIÓN DE SOBREPESO: estar sentado durante muchas horas favorece el aumento de la obesidad y la acumulación de grasa en ciertas partes del cuerpo como el abdomen y la parte superior de las piernas. Se recomienda seguir una rutina de ejercicio de forma regular y una dieta a base de recetas nutritivas y ligeras.
La aparición de enfermedades hepáticas, cardiovasculares o diabetes es común si se siguen estos hábitos
ENFERMEDADES HEPÁTICAS: la aparición de grasa en el hígado se debe a malos hábitos alimenticios y al sedentarismo. La única forma para prevenir el temido síndrome metabólico es la unión de ejercicio y dieta saludable. DIABETES: hay una relación entre la aparición de sobrepeso y el desarrollo de diabetes de tipo 2, por ello se deberían evitar grasas malas de manera excesiva y practicar algún deporte de vez en cuando.
ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES: cereales, frutas de temporada o aceite de oliva son alimentos que ayudan a prevenir el desarrollo de estas enfermedades. La aparición del colesterol malo o el aumento de la presión arterial son síntomas de que algo no va bien. Si es tu caso, comienza a cambiar algunos hábitos. Muévete más, ya que la circulación sanguínea empeora cuando se está sentado más de seis horas al día.
DESARROLLO DE LA FIBROMIALGIA: el dolor crónico en músculos y articulaciones se incrementa al seguir un estilo de vida sedentario. Para reducir dolores se pueden tomar cereales, verduras, frutas y alimentos ricos en Omega 3. La clave para prevenir la fibromialgia se encuentra en aumentar la variedad de alimentos que se consumen.
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