Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), las grasas saturadas que se encuentran en los lácteos enteros pueden aumentar los niveles de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL), también conocido como el colesterol 'malo'. Esto podría conducir en un futuro a afecciones cardiovasculares como la aterosclerosis o la enfermedad arterial coronaria.
Sin embargo, según un nuevo estudio llevado a cabo por el doctor Dariush Mozaffarian, los lácteos enteros no aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas; de hecho, algunas grasas presentes en ellos pueden favorecer a que esto no suceda.
Las grasas saturadas que se encuentran en los lácteos enteros pueden aumentar los niveles de colesterol de lipoproteínas de baja densidad
En este sentido, para poder llevar a cabo el estudio y poder estudiar el efecto de los lácteos en el riesgo de mortalidad y la salud cardiovascular, el doctor Mozaffarian y su equipo examinaron a más de 2.900 adultos de 65 años o más. Los investigadores midieron los niveles plasmáticos en sangre de tres ácidos grasos contenidos en los productos lácteos al comienzo del estudio en 1992, 6 años después, y 13 años más tarde.
Durante el período de seguimiento de 22 años, 2,428 de los participantes murieron. De estas muertes, 833 se debieron a enfermedades cardíacas. Sin embargo, ninguno de los tres ácidos grasos examinados se correlacionó con el riesgo de mortalidad total. De hecho, los altos niveles circulantes de ácido graso heptadecanoico se asociaron con un menor riesgo de muerte por enfermedad cardíaca.
Además, los adultos con niveles más altos de ácidos grasos en general tenían un 42 por ciento menos de probabilidades de morir por accidente cerebrovascular, reveló el análisis.