¿Cuál debe ser la verdadera nutrición para el homo sapiens? Esa es la pregunta que motivó al nutricionista Juan Bola a escribir ‘Nutrición evolutiva’, su recién publicado libro en el que expone cuál debería ser la alimentación del ser humano, teniendo en cuenta su origen animal. Pero a pesar de nuestros miles de años como especie, la rápida evolución de los últimos tiempos nos está haciendo más débiles porque “al organismo no le ha dado tiempo a adaptarse”, afirma el experto.
Bajo esta premisa, entendemos mejor por qué cada vez enfermamos antes y con enfermedades que aparecen en edades más tempranas. Según el autor, las pautas alimentarias que rigen nuestra sociedad se basan en intereses industriales y no en la fisiología y genética del ser humano. “Son pautas totalmente fuera de lugar, muy alejadas de todo lo que nos hizo sapiens”, dice, proponiendo analizar cómo ha sido la evolución alimentaria del ser humano para “recuperar los hábitos alimentarios ancestrales que forjaron nuestro organismo y así poder recuperar la salud plena”. Eso sí, adaptados a los nuevos tiempos.
Así es el concepto de nutrición evolutiva que da nombre al libro de Juan Bola y que, además, pretende recuperar aquellos alimentos que se han demonizado injustamente y que en realidad están llenos de nutrientes beneficiosos para el organismo. Por ejemplo, el experto señala que hoy en día la gente sólo se come el muslo, la pechuga o el bistec, dejando de lado otras partes altamente nutritivas como las manitas, las tripas, los sesos, los huesos, el corazón o el hígado de los animales. Este último “es uno de los alimentos con mayor densidad nutricional del mundo”, destaca.
¿QUÉ SON LOS ANTINUTRIENTES?
Otro de los aspectos que el experto aborda en su libro son los antinutrientes. Se trata de todas aquellas sustancias que ingerimos y que interfieren en la absorción de vitaminas y minerales. Con la ingesta de los antinutrientes, disminuye el valor y densidad nutricional de nuestras comidas y, como consecuencia, estamos viviendo la época de nuestra historia en la que hay más obesidad, pero también mayor deficiencia nutricional.
Esta ironía, como la califica el autor, ocurre precisamente porque gran parte de nuestra dieta se basa en el consumo de hidratos de carbono refinados, alimentos con mucha energía pero pocos nutrientes (arroz blanco, harinas refinadas, pan, pasta, galletas, cereales del desayuno, azúcar…).
LAS ENFERMEDADES MODERNAS
Muchos de los problemas actuales relacionados con la alimentación tienen que ver con el azúcar. Si bien nuestros ancestros consumían entre 1 y 2 kilos de azúcar al año, en la actualidad la cantidad se ha disparado hasta los 70 - 100 kilos de media. “Esto es terrorífico, la droga más consumida del siglo XXI”, sentencia Juan Bola.
"La selección artificial impulsada por el hombre ha creado frutas con muchos azúcares simples, con menor contenido en fibra y como consecuencia, con un elevado índice glucémico"
Una ingesta elevada de azúcar, harinas refinadas y aceites de semillas, como el de girasol o soja, es una de las culpables de las enfermedades modernas originadas por nuestro estilo de alimentación. “Todos estos alimentos no tienen precedentes en nuestra historia evolutiva. Sin embargo, hoy son la base alimentaria del ser humano”, señala el experto. Y estos cambios tan rápidos no han podido ser asimilados por nuestro organismo.
Otro de los problemas que nos afectan es la fruta moderna o aquella que ha sido seleccionada artificialmente por el hombre. Estas piezas presentan muchos azúcares simples, menos fibra y, consecuentemente, un elevado índice glucémico. Es decir, todo lo que deberíamos evitar. Aunque siguen siendo más saludables que los ultraprocesados, el nutricionista recuerda que hay que priorizar las frutas con bajo índice glucémico.