A partir de los 4-6 meses, el alimento principal en la dieta de los bebés sigue siendo la leche materna, por lo que se deberá ofrecer el pecho a demanda y con frecuencia o, en su defecto, la leche de fórmula en caso de no ser amamantado. La introducción a la alimentación complementaria es un proceso gradual. Inicialmente las porciones han de ser pequeñas y se aumentan progresivamente conforme crece el niño, mientras se mantiene la lactancia materna.
Y es que, no es tarea fácil para los bebés acostumbrarse a su nueva rutina de alimentación. Por ello se aconseja respetar su ritmo de desarrollo y permitir cierta autonomía, según sus capacidades. Tolerar un cierto desorden apropiado para su edad (por ejemplo, no molestar al niño limpiándolo después de cada bocado).
Desde Nutribén señalan que tampoco debemos interpretar como permanente un rechazo inicial a un nuevo alimento. Se debe seguir ofreciendo en los siguientes días o semanas sin presionar, ya que pueden ser necesarias hasta 10-15 ocasiones para conseguir la aceptación. La exposición regular y gradual a los alimentos favorece su tolerancia y aceptación, a corto y largo plazo.
A partir de los 4-6 meses, el alimento principal en la dieta de los bebés sigue siendo la leche materna
También se desaconseja prefijar una cantidad de comida que se ''tiene que tomar''. La cantidad es variable de unos niños a otros y según las circunstancias. Respetar los signos de hambre y saciedad. Los padres deciden dónde, cuándo y qué come el niño. El niño decide cuánto come. Obligar o coaccionar a un niño para que coma aumenta la insatisfacción familiar y el riesgo de problemas con la comida en edades más avanzadas.
Muchos padres optan por poner en práctica el método BLW, con el que se le permite al bebé ''dirigir'' el proceso de alimentación complementaria desde el principio. Los padres deciden qué ofrecen (y es su responsabilidad ofrecer comida sana, segura y variada), pero el bebé coge por sí mismo la comida que se pone a su alcance; decidiendo qué elige comer y cuánta cantidad.
Uno de los problemas que pueden resultar con el método BLW es una falta de nutrientes o elementos básicos en la alimentación del bebé, como por ejemplo un déficit de ciertas vitaminas y minerales, entre ellos la vitamina D o el hierro.
Por ello, es importante tener en cuenta la existencia de alternativas como las papillas, que cuentan con una fórmula minuciosa que complementa la alimentación de los bebés de forma óptima. Nutribén Innova cereales de inicio al gluten es la papilla ideal para la introducción de los cereales a partir del 4º mes.
Las papillas están fabricadas mediante un proceso térmico natural (hidrólisis natural), para favorecer un equilibrio nutricional adecuado y una alimentación completa, cumpliendo siempre con la máxima garantía de seguridad y calidad.