Cuando estamos en el supermercado, a veces compramos comida de más. Quizá porque no hemos podido resistirnos a una oferta tentadora o porque nos hemos pasado con la previsión. O igualmente, puede que queden olvidados en el fondo de la nevera. En cualquier caso, sabemos que los alimentos no son eternos y que existe una fecha de caducidad que nos marca cuándo deberíamos deshacernos de ellos por cuestiones de salud, ya que en ellos proliferan bacterias y microorganismos que alteran sus propiedades y que, con el paso del tiempo, los transforman en no aptos para el consumo.
Para velar por nuestra salud, es importante mirar la fecha de caducidad estipulada por el fabricante antes de comer un producto del que tengamos dudas. Sin embargo, en algunos casos, la fecha de caducidad no viene en el envase, sino que aparece la fecha de consumo preferente. Pueden parecer lo mismo, pero en realidad no lo son, y eso es lo que nos explica Marta Verona, ganadora de la sexta edición de ‘Masterchef España’, a través de su Instagram (@martamchef6):
“La fecha de caducidad nos indica hasta qué momento es seguro consumir un producto, es decir, a partir de esa fecha, si me lo como, igual no la palmo del todo, pero es un producto que no es seguro consumirlo. En el etiquetado lo veremos como CAD, de ‘fecha de caducidad’. Si es un producto inglés o americano, lo leeremos como EXP, que significa ‘expiration date’.
En cambio, “la fecha de consumo preferente nos indica hasta qué fecha el producto conserva toda su calidad, su color, su sabor, textura. Y a partir de esa fecha, no hay que tirar el producto. Simplemente, tendrá menos calidad, pero seguirá siendo igual de seguro. Si te lo comes, igual está un poco menos rico o un poquito más ácido”. La fecha de consumo preferente también viene indicada en el etiquetado: “Delante de la fecha pondrá ‘fecha de consumo preferente’ o si es un producto con etiquetado en inglés, nos pondrá las siglas BBD, ‘best before the date’. Es decir, que es mejor tomarlo antes de esa fecha”, explica la cocinera.
"Utiliza este truco, fíjate en el etiquetado, ¡y no tires comida a la basura innecesariamente!"
Para ejemplificarlo con alimentos de nuestro día a día, los productos fermentados y frescos, como el queso, la leche, los embutidos o carnes, van a llevar siempre fecha de caducidad, ya que son perecederos. Mientras, alimentos como el café, las legumbres secas, la pasta, el arroz, las galletas, las harinas, el chocolate o las conservas van a incorporar la fecha de consumo preferente. Así que para ahorrar en dinero y en malgaste de alimentos, recuerda el consejo de Marta: “Antes de tirar un producto a la basura, fíjate en lo que pones antes: si es fecha de caducidad o fecha de consumo preferente”.