Este verano olvídate de contar las calorías de los alimentos

La especialista en nutrición Inmaculada Canterla nos explica si hay algún beneficio en contar calorías, o no, y nos aporta unos prácticos consejos para poder pasar la temporada de verano alimentándonos bien.

Cuando se habla de contar calorías lo que debería contarse es el gasto energético que realiza el cuerpo a lo largo del día
Cuando se habla de contar calorías lo que debería contarse es el gasto energético que realiza el cuerpo a lo largo del día
Estetic
25 junio 2018 | 22:00 h

Con la llegada del buen tiempo, llega también el momento de enseñar cuerpo. Y con ello, la ''obsesión'' de muchas personas por contar las calorías de cada comida. Pero, ¿es realmente necesario contar las calorías de todo aquello que comemos?

Para despejar las dudas, la especialista en nutrición Inmaculada Canterla, directora de Cosmeceutical Center y miembro de la Semal y la Semcc, nos explica si hay algún beneficio en contar calorías, o no, y nos aporta unos prácticos consejos para poder pasar la temporada de verano alimentándonos bien y sin necesidad de estar contando las calorías de los alimentos.

En este sentido, las calorías son la expresión de la energía que el cuerpo requiere para realizar todas sus funciones metabólicas. Es decir, cuando se habla de contar calorías lo que debería contarse es el gasto energético que realiza el cuerpo a lo largo del día. ''Cada persona tendrá un requerimiento diferente, en función de su estilo de vida, estado de salud..., no es lo mismo un anciano, que un joven deportista de 25 años o una mujer embarazada'', señala Inmaculada Canterla.

Por tanto, para contar las calorías, lo primero que hay que saber es: ¿cuánta energía se necesita para sobrellevar el día? Y después: ¿de dónde se va a sacar esa energía, es decir, qué alimentos se van a consumir? Por ello, la experta señala que, ''como las necesidades energéticas son individuales, para saber cuántas calorías hay que consumir hay que tener claro quién soy (hombre, mujer, anciano, enfermo, embarazada) y para qué (vida sedentaria, deportista, salud y belleza)''.

Una vez definido el aporte calórico a consumir, habrá que consumir el número de calorías necesario para el día, sin pecar por exceso ni por defecto. Por exceso nos puede repercutir en una acumulación de energía, que se almacena en el cuerpo en forma de hidratos de carbono primero (glucógeno) y posteriormente, si no se consume, en grasa. Por otra parte, si pecamos por defecto, nos traerá problemas metabólicos, ya que el cuerpo no tendrá energía suficiente para sus necesidades básicas.  

Las calorías son la expresión de la energía que el cuerpo requiere para realizar todas sus funciones metabólicas

Por otro lado, hay que decidir coherentemente de dónde se va a extraer esa fuente de energía para el cuerpo. ''No será lo mismo aportar al cuerpo 1500 o 2000 Kcal provenientes de una dieta equilibrada, con las proporciones coherentes de hidratos de carbono, proteínas y grasas saludables (ojo, recordemos que las grasas 'buenas'', son muy buenas y necesarias), que tener ese mismo aporte de calorías a base de pizzas, hamburguesas, bollería industrial, etc'', señala la experta. Y añade que, ''lo más razonable no es ya obsesionarse con contar calorías, sino conocer bien los alimentos con los que nos alimentamos, y repartirlos coherentemente en cada una de las comidas, realizando dietas equilibradas''.

Asimismo, la especialista recomienda asesorarse gracias a las tablas de alimentos que pueden ser de gran ayuda para calcular cuántas calorías aporta cada alimento, siempre seleccionando una fuente de información con criterio. Por otra parte, gracias a la legislación vigente, todos los fabricantes de alimentos están obligados a presentar las tablas de valores nutricionales en los envases.

''Cualquier momento es bueno para echarle un vistazo a la composición de lo que comemos, pero es muy buena técnica el coger como costumbre mirar las etiquetas de lo que compramos en el súper, ya que nos dará la información de lo si lo que estamos comprando nos va a servir a nuestros propósitos o simplemente son calorías vacías que no aportan nada bueno y por el contrario nos puede traer quebraderos de cabeza en un futuro'', comenta Inmaculada.

De igual forma, existen una serie de prácticas que ayudan a disfrutar del verano a la vez que se sigue una dieta equilibrada. Según Inmaculada Canterla, son las siguientes:

1. Es importante intentar seguir unos horarios a la hora de las comidas y evitar picar entre horas. Si se tiene hambre se puede comer alguna fruta o verdura de temporada para saciar el apetito o un smoothie. Por ejemplo: un trozo de sandía o de melón, una zanahoria, una manzana, etc.

2. Beber mucha agua para mantener el cuerpo bien hidratado y evitar el alcohol que deshidrata y aporta muchas calorías al organismo. Un buen truco para disfrutar del verano sin alcohol es sustituir los cocktails por mezclas de zumos bien fresquitos.

3. Hay que tener precaución con los típicos aperitivos del verano. Se puede disfrutar de ellos comiendo crudités de verduras o algunos frutos secos como las almendras o las avellanas, en vez de patatas de bolsa y olivas.

4. Si se puede, mejor comer helados caseros. Y si no, escoger mejor los helados de hielo.

5. Los tipos de cocción de los alimentos también influyen en el número de calorías que se ingieren. Es mejor evitar las frituras ya que multiplican las calorías y grasas del alimento.

6. Aprovechar el verano para practicar deportes al aire libre (correr, nadar, jugar a voleibol, etc.). O simplemente pasear por la playa. Cualquier actividad que mantenga el cuerpo en movimiento ayudará a mantener las calorías a raya.

7. Por último, no obsesionarse en contar las calorías, utilizar la lógica y disfrutar de las comidas y del verano.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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