El estrés del día a día y la rutina, a veces no nos permiten comer a las horas que nos gustaría, pero ¿sabías que las comidas nocturnas son las responsables de tu aumento de peso?
Cuando se tienen muchas responsabilidades en el día a día es muy complicado llevar a cabo horarios de comida estrictos, pues comemos cuando tenemos un hueco o cuando el caos del día nos lo permite.
Para intentar cambiar esto de una forma realista, el primer paso es empezar comiendo más pronto por la mañana, ya que esto producirá cambios en la fisiología que promoverán la pérdida de peso y por consecuencia limitarán su aumento.
Los resultados podrían explicar la relación que tiene cenar tarde con tener un mayor riesgo de obesidad
Además, comer tarde no solo desencadena el aumento de peso, también incrementa el hambre y disminuye la cantidad de calorías que se queman.
Un estudio sometió a 16 personas con sobrepeso con dos planes de dieta idénticos pero a diferentes horas. Uno de ellos con desayuno a las 10:00, almuerzo a las 14:00 y cena a las 18:00; y el otro con cada comida programada 4 horas más tarde.
El objetivo era medir las calorías que quemaban, los cambios hormonales y evaluar la sensación de hambre que sentían.
Este estudio reveló que los usuarios con la dieta más tardía tenían el doble de probabilidades de tener hambre, quemaron hasta 60 calorías menos cada día en comparación con el otro grupo. Por lo tanto, estos resultados podrían explicar la relación que tiene cenar tarde con tener un mayor riesgo de obesidad.
"Descubrimos que comer 4 horas más tarde muestra una diferencia significativa para nuestros niveles de hambre, la forma en que quemamos calorías después de comer y la forma en que almacenamos grasa", afirma Nina Vujovi, primera autora del estudio e investigadora del Brigham and Women's Hospital.
Otros factores que se descubrieron están relacionados con la calidad del sueño. Cenar a horas más tardías podría estar relacionado con la cantidad de horas de sueño, ya que se ha demostrado que la cantidad de horas de sueño provoca aumentos en el hambre y el consumo de calorías.