Las bebidas energéticas son muy consumidas, sin embargo, según un estudio, estas pueden provocar daños en los vasos sanguíneos y se relacionan con problemas del corazón y de estómago y con los nervios.
''Muchos niños pequeños consumen bebidas energéticas cuando hacen ejercicio, un momento en el que necesitan que su función arterial esté en su cima'', señala el doctor John Higgins, investigador principal del estudio.
Y es que, el ejercicio físico requiere de un flujo sanguíneo máximo para que el oxígeno pueda llegar a las células rápidamente. Si consumimos bebidas energéticas durante el deporte, se reduce el diámetro de los vasos y se restringe el flujo de sangre y el suministro de oxígeno.
''Es más trabajo para el corazón y menos suministro de oxígeno para el corazón. Esto explica el número de casos de niños o adultos que han tenido un paro cardíaco después de tomar una bebida energética'', explica el experto.
El ejercicio físico requiere de un flujo sanguíneo máximo para que el oxígeno pueda llegar a las células rápidamente
En este sentido, para llevar a cabo el estudio se contó con 44 estudiantes que no fumaban y estaban completamente sanos. Todos tenían 20 años. Los investigadores probaron el efecto de una bebida energética en las células que recubren los vasos sanguíneos, llamadas células endoteliales.
La función de estas células se probó antes y después de que los participantes consumieran la bebida energética, y nuevamente 90 minutos después. Los investigadores observaron la dilatación mediada por el flujo arterial, una medición de ultrasonido que es un indicador de la salud general de los vasos sanguíneos. Después de 90 minutos, los investigadores encontraron que el diámetro interno de los vasos sanguíneos analizados era mucho más pequeño, en promedio, que antes.
Según los investigadores, este efecto negativo en los vasos sanguíneos podría estar relacionado con los ingredientes de la bebida energética, como la cafeína, la taurina, el azúcar y otras hierbas. No obstante, se trata de un estudio que analiza solo los efectos agudos y no puede considerarse una prueba de que las bebidas energéticas dañan el sistema cardiovascular con el tiempo.