Hasta el 72% de la sal que consumimos proviene de alimentos procesados,especialmente de embutidos, pan, quesos y platos preparados
Los datos publicados por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre el consumo de sal de la población española reflejan que se ingieren 9,7 gramos de sal al día. “El 87,5% de la población ingiere más de cinco gramos de sal al día, el 20% de la sal ingerida se añade en el cocinado-mesa, el 72% de la sal ingerida proviene de alimentos procesados, especialmente de embutidos, pan y panes especiales, quesos y platos preparados”, alertan estos especialistas.No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras instituciones sanitarias internacionales recomiendan, para la población adulta en general, el consumo medio de cinco gramos de sal al día, lo que equivale a una cucharadita de café; o si se prefiere,dos gramos de sodio al día.
De acuerdo a la SEEN, se considera que el alimento contiene mucha sal si aporta más de 1,25 gramospor cada 100 gramos, o poca sal si aporta menos de 0,25 gramos por cada 100 gramos.
En este sentido, para conocer la cantidad de sal presente en los alimentos envasados y poder elegir así la opción más saludable debemos leer siempre el etiquetado nutricional. Si en el etiquetado aparece referido el contenido en sodio del alimento, podemos calcular su contenido en sal multiplicando los gramos de sodio por 2,5.
¿CÓMO REDUCIR SU CONSUMO?
Según aconsejan desde la SEEN, una forma fácil para reducir la sal en la dieta es no añadírsela a los alimentos, a los guisos, o a las ensaladas. De hecho, en su lugar se pueden utilizar hierbas, especias, limón, vinagre, pimienta, o ajo. Otra recomendación pasa por no echar sal mientras cocinamos, sino al probar la comida.
La OMS recomienda que el consumo medio de sal sea de cinco gramos diarios, lo equivalente a una cucharadas de café
“Existe una amplia gama de alimentos con contenido reducido de sal que pueden sustituir a las variedades que habitualmente se consumen. Si los vamos incorporando de manera gradual a nuestra dieta, favoreceremos el cambio a sabores menos salados sin que se aprecie gran diferencia”, explican desde esta sociedad científica.
Por otra parte, el contenido de sal puede oscilar dependiendo de las variedades y las marcas, por esto es necesario comprender el etiquetado nutricional y elegir las opciones más saludables. No es necesario dejar de comer alimentos con alto contenido en sal, simplemente reducir su frecuencia de consumo e intentar elegir la opción o marca que contenga menos.
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