La inflamación de la vesícula, la colecistitis o los cólicos y cálculos biliares son patologías frecuentes que afectan directamente a la vesícula biliar. Este órgano toma parte dentro de la actividad metabólica, pues almacena la bilis, el líquido que produce el hígado para la digestión de las grasas. Cuando la vesícula se ve afectada por alguno de estos problemas, además del tratamiento médico, los doctores recomiendan seguir un plan de alimentación antiinflamatorio para controlar su estado de salud.
Es aquí cuando entra en juego la dieta de protección biliar. Puede definirse como un tratamiento nutricional que consiste en evitar la sobresaturación de colesterol en la bilis con el objetivo de facilitar la actividad o el reposo a la vesícula biliar. A través de este plan de alimentación, los pacientes con problemas en este órgano podrán controlar mejor sus síntomas y prevenir el desarrollo de otras complicaciones.
CONSEJOS PARA SEGUIR UNA DIETA DE PROTECCIÓN BILIAR
La dieta de protección biliar no deja de ser un protocolo de alimentación variado y saludable basado en un bajo consumo de grasas para reducir la actividad digestiva de la vesícula biliar. Estas son las recomendaciones generales que se deben tener en cuenta:
- Realizar 5 comidas al día, sin ser copiosas: es preferible comer más veces al día, pero en pocas cantidades, sin prolongar mucho cada ingesta. Del mismo modo ocurriría para el agua, siendo mejor beber muchas veces al día, pero en pequeños tragos.
- Evitar las grasas y azúcares refinados, especialmente las poco saludables: para controlar la actividad vesicular, se recomienda una ingesta baja de alimentos ricos en grasa y colesterol. Ya que es importante limitar el aporte de colesterol, lo ideal es reducirlo al consumo de grasas vegetales crudas, como el aceite de oliva.
- Garantizar el aporte de fibra y calcio: ambos nutrientes son esenciales para disminuir el riesgo de saturación de la bilis o prevenir la formación de cálculos biliares.
- Reducir el consumo de alimentos flatulentos, legumbres y cereales integrales para evitar molestias y prevenir la aparición de problemas.
- Cuidar el método de cocinado: los menos grasos serán los hervidos, cocidos al horno o al vapor, a la plancha o en su jugo. Es mejor evitar los fritos, rebozados y empanados.
- Masticar bien los alimentos para facilitar la digestión al organismo: en cada comida, se buscarán ambientes tranquilos para favorecer una masticación lenta y pausada.
ALIMENTOS PERMITIDOS
Este es el listado de alimentos permitidos y que se deben incluir en cualquier dieta de protección biliar:
- Carnes: pollo, ternera, pavo y conejo.
- Pescados: pescado blanco como la merluza, la lubina, la pescadilla, el bacalao, el lenguado, el gallo o el rape.
- Lácteos: deben ser desnatados, tanto leche como yogures.
- Cereales: refinados o galletas tipo María, pan blanco en moderación y arroz.
- Vegetales: se recomiendan todas las frutas, verduras y hortalizas en general.
- Legumbres: deben estar muy cocidas para evitar las flatulencias y pasadas por un tamiz.
- Huevos: consumir solo la clara.
- Grasas:aceite de oliva, añadiéndolo al plato preferiblemente después del cocinado para evitar su oxidación.
- Zumos: de frutas naturales, sin azúcar añadido.
- Azúcares: no más de 10 gramos al día. Puede sustituirse por edulcorantes artificiales en pocas cantidades. También se permiten la miel, la mermelada y la carne de membrillo.
- Bebidas: agua, sopas de verduras, café con moderación e infusiones suaves.
ALIMENTOS PROHIBIDOS
A continuación, se indican los alimentos contraindicados en las dietas de protección biliar:
- Carnes: las carnes grasas, como el cerdo y vísceras, los embutidos y los preparados cárnicos.
- Pescados: los pescados azules, como el salmón, las sardinas, el atún, la caballa, las anchoas y también las conservas en aceite y los mariscos.
- Lácteos: los ricos en grasa, como la leche entera y sus derivados, quesos curados.
- Cereales: la pasta, la bollería y los productos de pastelería.
- Vegetales: los flatulentos, como la coliflor, el repollo, las alcachofas, los pimientos, el pepino, el aguacate o la cebolla. Las frutas ácidas no se recomiendan.
- Legumbres y frutos secos: también las más flatulentas, como las alubias y los garbanzos. Los frutos secos están contraindicados.
- Grasas: las de origen animal y las fritas, tales como mantequillas, mantecas y margarinas, aceites de palma y coco, mayonesa, etc.
- Azúcares: todos en general, respetando la ingesta máxima de 10 gramos de azúcar al día.
- Bebidas: las azucaradas, carbonatadas, energéticas y refrescantes, cualquier tipo de alcohol, el zumo de naranja por su acidez y el café consumido en exceso.
- Otros: los platos precocinados, las especias fuertes y los snacks o aperitivos salados.
EJEMPLO DE MENÚ PARA LA DIETA DE PROTECCIÓN BILIAR
Este podría ser una opción de menú de protección biliar para un día de la semana:
- Desayuno: leche desnatada con una tostada de plan blanco con mermelada.
- Medio día: una fruta acompañada de una infusión
- Comida: ensalada al gusto, con un plato de pasta con pollo y champiñones y una fruta de postre.
- Merienda: un yogur desnatado
- Cena: crema de verduras con un pescado a elegir y una fruta de postre.