Hemos oído hablar cientos de veces de los alimentos de temporada y, de hecho, cada vez se incentiva más su consumo, ya que es una forma de cuidar del planeta al mismo tiempo que cuidamos nosotros mismos. Los alimentos de temporada suelen ser autóctonos y se adaptan a las necesidades del organismo, del mismo que crecen de acuerdo a la situación climatológica. ¿Sabes ya por qué las sandías son típicas del verano y nos apetece comerlas en esa época del año?
Inés Ortega y Marina Rivas explican este y otros ejemplos en ‘Nuestros táper’, el nuevo libro con el que pretenden encandilar una vez más a los lectores a través de recetas ricas y saludables, en un pulso por facilitarle la vida con el batch cooking o cocina de aprovechamiento.
DIETA BASADA EN LAS ESTACIONES
Puede decirse que el ser humano se ha estado alimentando durante miles de años de forma intuitiva. Al menos, así han definido Ortega y Rivas la dieta mediterránea que nos ha acompañado desde hace siglos. Lo cierto es que una dieta basada en los alimentos de cada estación no sólo cubre las necesidades estacionales del cuerpo, sino que con ella también “mejoraremos nuestra microbiota intestinal, el sistema inmunitario y el medio ambiente”.
La explicación completa y cerrada a cómo los alimentos de temporada juegan a un equilibrio entre nuestras necesidades como seres vivos y en su maduración en función de la estación y situación climatológica tiene que ver con nuestros biorritmos: en primavera “la energía brota a la superficie de la tierra y las plantas verdes germinan y crecen”, mientras que “nuestro cuerpo necesita alimentos que favorezcan la desintoxicación natural y los procesos digestivos”. Por ello, la primavera y el verano son el tiempo de las frutas y verduras con propiedades antioxidantes naturales que aporten líquidos al organismo.
"Los alimentos de temporada son ricos en nutrientes, ya que empiezan a perder nutrientes a las 24 horas posteriores a su recolección"
En cambio, en otoño e invierno las temperaturas bajan, “el clima es más fresco y la energía de las plantas se concentra en su interior”. En otoño comenzamos a nutrirnos con “alimentos que nos ayudan a liberarnos del calor del verano” y en invierno, “la energía de la vida vegetal desciende a las raíces”, por lo que es el momento idóneo de “disfrutar de platos calientes con verduras raíz”. Además, “muchos alimentos de esta estación estimulan la inmunidad para afrontar convenientemente los meses más fríos del año”.
¿POR QUÉ ES SALUDABLE COMER DE TEMPORADA?
Las autoras de ‘Nuestros táper’ ofrecen cuatro motivos de peso y saludables para comer en función de la estación:
- Comer alimentos de temporada contribuye a obtener una “microbiota intestinal diversa”: los alimentos de temporada se cultivan en función de cada estación del año, así que al variar nuestra ingesta de alimentos se obtiene una mayor variedad de bacterias beneficiosas que viven en nuestros intestinos. Una microbiota más fuerte fortalece nuestro sistema inmune y, por ende, nuestra salud general.
- Los alimentos empiezan a perder nutrientes a las 24 horas después de su recolección por lo que “los alimentos de temporada son más ricos en nutrientes”: actualmente, muchos alimentos que consumimos se han cosechado inmaduros para poder ser transportados a miles de kilómetros, haciendo que pierdan propiedades nutricionales y sabor. Por lo tanto, optar por alimentos de proximidad se convierte en una de las mejores formas de comer en función de la estación del año en la que nos encontremos. Así, los alimentos cultivados cerca de nuestro entorno pueden madurar durante más tiempo y aumentar su valor nutricional. Como señalan las expertas, “cuanta menos distancia viaje en los alimentos desde el campo hasta nuestro plato, más células vegetales vivas ingeriremos”.
- Los alimentos de temporada y de proximidad “suelen contener menos productos químicos”: muchos vegetales necesitan de químicos para desarrollarse artificialmente después de cosechados, haciendo que adquieran más frescura y un mejor aspecto estético, a pesar de no haber completado su tiempo de maduración. Cuanto menos químicos contenga un producto, será mucho más saludable.
- “Los alimentos de temporada favorecen la conservación del medio ambiente y a los pequeños agricultores”: estos alimentos crecen de forma adaptada a la situación climatológica del año en la que se inserten, por lo que ayudan a reducir la huella de carbonoal no necesitar cuidados extra, como puede ser el agua de riego o la cantidad de luz. Además nuestra decisión de apostar por estos alimentos en la dieta apoya al pequeño comercio, en detrimento de las grandes explotaciones agricultoras, que suelen ser más contaminantes.