Después de los excesos de fechas navideñas, toca volver a la rutina y a nuestra talla habitual... Por ello, no podemos olvidarnos de seguir la dieta más sana y combinarla con los mejores ejercicios para eliminar esos centímetros y kilos de más antes de que te des cuenta.
Actualmente, existen muchas dietas. No podemos olvidar que la clave para perder peso es que consumamos menos calorías de las que quemamos. Si no queremos que nuestra salud se vea afectada, debemos cubrir nuestras necesidades alimentarias básicas.
Una de las dietas más conocidas que los médicos recomiendan antes de someterse a un procedimiento médico así como para la recuperación, es la dieta líquida ya que los líquidos claros son más fáciles de digerir por el cuerpo.
Los líquidos claros ayudan a nutrir el cuerpo y prevenir la deshidratación
Debido a que los líquidos claros proporcionan calorías, electrolitos y agua, ayudan a nutrir el cuerpo y prevenir la deshidratación. No obstante, las dietas líquidas son seguras para su uso a corto plazo y siempre bajo la supervisión de un médico.
Una dieta líquida clara variará dependiendo de por qué un médico la ha recomendado, por lo que es importante que los usuarios obtengan una lista clara de lo que está permitido y lo que no.
Generalmente, una dieta líquida clara incluye agua, zumos claros sin pulpa, bebidas electrolíticas como el jengibre o la cerveza, caldos, así como el té.
Por el contrario, entre los alimentos prohibidos en este tipo de dietas destacan refrescos, bebidas alcohólicas, zumos de tomate y vegetales y productos lácteos.
RIESGOS Y BENEFICIOS
Una dieta líquida clara no es una solución de salud a largo plazo. En el corto plazo, sus beneficios incluyen una digestión más fácil que puede prevenir las náuseas y los vómitos, limpia los intestinos lo que facilita la realización de ciertos procedimientos médicos y proporciona hidratación y nutrición
Por su parte, si seguimos esta dieta durante un largo periodo de tiempo puede conducir a la desnutrición, especialmente en personas que ya son nutricionalmente deficientes. Por ello, esta dieta no es recomendable en personas con bajo peso, con desequilibrios nutricionales, con trastornos alimenticios o con ciertos trastornos endocrinos.