Seguro que has escuchado alguna vez que la alimentación y la fertilidad están relacionadas. Según Teresa Salinas, fundadora de la plataforma Código Saludable, ''actualmente hay que prestarle bastante mas atención a esta relación, entre otras cosas porque la alimentación occidental cada vez mas introducida en nuestro país interfiere mucho en el funcionamiento normal del organismo. Es proinflamatoria, deficiente en nutrientes y con muchos disruptores endocrinos''.
En muchas ocasiones confundimos la alimentación mediterránea rica en productos de la tierra, aceite de oliva, fruta, verdura y legumbres; con la alimentación occidental, donde se incluye un alto porcentaje de alimentos procesados, ricos en omega 6, una grasa también necesaria, pero que produce un estado inflamatorio subclínico, o también llamado ''inflamación silenciosa'', si nos excedemos.
''Al ser de bajo grado, el cuerpo se inflama y nosotros a priori no lo percibimos, pero genera una cascada de mecanismos internos que desequilibran la flora bacteriana, debilitan el sistema inmunitario y favorece la infertilidad'', manifiesta Teresa Salinas.
En muchas ocasiones confundimos la alimentación mediterránea rica en productos de la tierra, aceite de oliva, fruta, verdura y legumbres; con la alimentación occidental
En este sentido, ¿qué alimentos favorecen la fertilidad? ¿Por qué? ''Alimentos ricos en antioxidantes; tomar cada día una porción de fruta y verduras en crudo para obtener toda la carga antioxidante (importante lavar muy bien con unas gotas de limón o vinagre para retirar los tóxicos: fertilizantes, pesticidas…); incluir en la dieta diaria los germinados, fuente de enzimas y antioxidantes; germen de trigo; cereales integrales; yema de huevo y hoja verde (espinacas, acelgas, escarola…)'', detalla la experta.
También, alimentos ricos en hierro, un elemento que se pierde con la menstruación y que es importante reponer antes de quedarte embarazada: berberechos, almejas, alga nori y kombu, sésamo, pipas de calabaza.
¿Y cuáles la perjudican? ¿Por qué? Principalmente, el exceso de azúcar y calorías vacías favorece la acumulación de grasa y en ella es donde acumulamos las toxinas. Propician el estado inflamatorio, provocan desequilibrio de la flora y favorecen el sobrepeso y este circuito interfiere muy negativamente en la fertilidad.
''Alimentos y bebidas envasadas en plásticos transfieren disruptores endocrinos, moléculas tóxicas que actúan imitando hormonas y alteran el metabolismo, y están relacionados con la infertilidad, problemas neurológicos, cáncer y obesidad'', añade Teresa Salinas.
''Hay que sustituir aceites hidrogenados y vegetales (maíz, soja) por aceite de oliva y de linaza, evitar fritos, sustituir lácteos convencionales por lácteos orgánicos enteros, retirar la piel de ave, evitar la carne roja no orgánica y consumir más cantidad de pescado azul de pequeño tamaño'', concluye la especialista.