¿Cómo afecta la comida basura al corazón?

Nació como comida rápida para facilitar la vida a aquellos cuyo ritmo diario no les permitía preparar un plato de comida elaborado para, por ejemplo, llevar al trabajo; sin embargo, ¿por qué hemos acabado llamándolo comida basura?

Si bien es cierto que a día de hoy podemos seguir encontrando comida saludable fuera de casa para comer en tiempos de prisas, estrés y descontrol, la verdad es que la mayoría de las cadenas de fast food han acabado abriendo la puerta a innumerables calorías y aditivos que van más allá de subir la cifra de la báscula.

Debido a las grasas saturadas y grasas trans que componen este tipo de alimentos, los niveles de triglicéridos y colesterol malo en sangre se disparan, lo que implica la formación de placas de ateroma en las arterias y por tanto, el riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares.

Además, el aceite refrito de mucha de esta comida puede generar problemas digestivos, al aumentar la producción de ácido en el estómago; y la falta de fibra, aumenta la probabilidad de la aparición de hemorroides.

Pero la lista no acaba ahí, el alto nivel de sales finas procesadas que contienen las patatas fritas junto con las grasas malas desequilibra los niveles de sodio y potasio en el cuerpo generando hipertensión; lo que a la larga acaba afectando al funcionamiento de los riñones y por ende, la ingesta de mucha comida basura puede producir enfermedades renales.

Son muchos los órganos que se ven perjudicados por la ingesta de estos productos, pero el dato más revelador e increíble es que en Reino Unido, un país primer mundista en el que la población tiene acceso a comida de calidad, la comida basura se ha convertido en la primera causa de muerte, incluso por delante del tabaco.

Según The Lancet, el 11% de las muertes en Reino Unido lo provocan estos alimentos, mientras que el tabaco es responsable del 10,7%. Además, el colesterol alto ya se ha colocado en el top 10 de las causas de la mala salud de la población.

Con estos datos sobre la mesa, precisamente ha sido Reino Unido el país que ha tomado medidas y es que, según The Telegraph, el servicio nacional de salud ha prohibido la venta de comida rápida en los hospitales del país, tras comprobar que muchos de estos centros ofrecían productos del Burger King, Greggs o Costa Coffe, establecimientos cuyos productos son altamente calóricos.

Esta decisión nos lleva a lanzar una pregunta, ¿tomará alguien medidas contra el restaurante de McDonald's que está en la puerta del Hospital La Paz de Madrid?

Otra de las medidas tomadas, esta vez en Nueva York, ha sido la obligación de que los restaurantes de comida rápida incluyan un aviso sobre el contenido de sal de sus alimentos, norma con la que se busca reducir el consumo de sal y prevenir el riesgo de enfermedades cardíacas.


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