Y es que, el estrés podría alterar el microbioma del intestino, así como el sueño reparador. En este sentido, parece que las fibras que se encuentran en numerosas fuentes vegetales (espárragos, avena y legumbres), así como en la leche materna pueden reducir el nivel los niveles de estrés, ansiedad y los cuadros de depresión.
"Una dieta rica en probióticos aumenta las bacterias beneficiosas y protege a los microbios intestinales de los trastornos inducidos por el estrés"
Concretamente, los alimentos probióticos (que contienen microorganismos vivos que benefician al intestino) más importantes son los lactobacilos y las bifidobacterias. “Una dieta rica en probióticos aumenta las bacterias beneficiosas y protege a los microbios intestinales de los trastornos inducidos por el estrés”, explica Agnieszka Mika, profesora de la Universidad Boulder de Colorado, en Estados Unidos.Por otra parte, los probióticos también parecen conducir a la recuperación de los patrones de sueño normales, ya que tienden a ser interrumpidos después de eventos estresantes.
El estudio de Mika, publicado en la revista Frontiers in Behavioral Neuroscience, ha consistido en la comparación de ratas que recibieron dietas probióticas durante varias semanas antes de provocarles un episodio de estrés con otras que recibieron su dieta habitual antes de pasar por la misma situación que las otras.
Como solución, las ratas que ingirieron probióticos antes de pasar por la situación de estrés no experimentaron trastornos inducidos por este episodio en su microbiota intestinal y también recuperaron unos patrones de sueño más saludables. La investigación ha concluido que este factor podría ser relevante a niveles parecidos también en los seres humanos.
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