Cómo el azúcar causa mal comportamiento en niños, con la psicóloga infantil Mª Luisa Ferrerós

En Estetic, hablamos con Mª Luisa Ferrerós, autora de “Dime qué come y te diré cómo se comporta, para averiguar cómo afecta el azúcar en el mal comportamiento de los niños.

Dra. Mª Luisa Ferrerós (Foto. Fotomontaje Estetic)
Dra. Mª Luisa Ferrerós (Foto. Fotomontaje Estetic)
9 julio 2024 | 10:00 h

Todos sabemos que una alimentación rica en productos ultraprocesados es perjudicial para la salud. Sin embargo, una gran parte de sus efectos negativos tiene lugar en el desarrollo intelectual y comportamiento de los niños, a través del eje del intestino-cerebro. Concretamente, esto tiene lugar a través de los microbios del intestino, que conforman a la microbiota y sintetizan neurotransmisores y, estos, envía señales para regular emociones, el sueño o el humor. 

Así es como la microbiota intestinal influye en el desarrollo cerebral normal y las funciones conductuales de los pequeños.  Por eso, una microbiota variada contribuye al comportamiento de los niños. Un tema que se desglosa en “Dime qué come y te diré cómo se porta”, un libro de María Luisa Ferrerós, psicóloga infantil en colaboración con Victoria Revilla, doctora en biología. Donde, además, profundizan sobre la relación entre la alimentación y el comportamiento infantil.

AZÚCAR Y MAL COMPORTAMIENTO

La autora explica en el capítulo cuatro: Cómo afecta el dulce a la conducta infantil que, el exceso de azúcar puede resultar en un mal comportamiento de los niños. Las pataletas, bloqueos y mal humor puede ser un síntoma de un pico hipoglucémico, como María Luisa nos cuenta en Estetic: “Ese pico hipoglucémico lo que hace es que produce una ansiedad tremenda que los niños no saben interpretar y entonces empiezan a sentirse irritados, incómodos, impulsivos… Es como si les hubieran cargado las pilas, y es ahí donde empiezan los malos comportamientos”. En otras palabras, el origen está en la brusca bajada de la glucosa en sangre.

“El pico hipoglucémico es lo que hace es que produce la ansiedad que los niños no saben interpretar y empiezan a sentirse irritados”

Cuando los niños ingieren una merienda excesivamente dulce, este azúcar se sintetiza y resulta en una aportación de energía “como una bomba” que se asimila en unos pocos minutos hasta que vuelve a descender.

Es muy habitual que los más pequeños demanden azúcar, a pesar de que no es muy beneficioso para ellos. Le preguntamos a la doctora porque se produce esta ansiedad por “lo dulce”, “en que ellos están acostumbrados a unas dosis de azúcar diarias, eso tiene un componente adictivo que genera que el niño pida más, ya que al cabo de un par de horas necesitas más porque te da un bajón y necesitas suplementarlo”, detalla Ferrerós.

CÓMO SABER SI EL AZÚCAR ESTÁ HACIENDO ESTRAGOS

Una vez sabemos el efecto que el azúcar puede tener en el compartimento de los niños, ¿cómo sabemos si el dulce es el causante? El primer paso es descartar que no haya otro aspecto vital que esté siendo afectado: bullying, malas notas u otros problemas emocionales, así como su personalidad. Una vez se hayan descartado estas cuestiones, la autora aconseja vigilar algunos patrones para averiguar qué ocurre: “Cuando hay un cambio de comportamiento siempre es síntoma de que algo está pasando”.

Ferrerós recomienda observar “si el niño de repente come a escondidas chuches o patatas fritas y nosotros no lo tenemos controlado, o algo que tiene que haber pasado con su alimentación que nos lo estamos poniendo”.

Otro aspecto a vigilar es el momento de las rabietas: “Se nota mucho cuando estos cambios de comportamientos, estos bloqueos emocionales, se producen por la mañana antes de desayunar o por la noche antes de cenar. Cuando los problemas de comportamiento suceden en esos momentos, yo creo que es indicativo de que tiene que ver con la comida”.

AZÚCAR REAL VS. ULTRAPROCESADOS

Le preguntamos a la experta por la diferencia entre los picos originados por azúcar procedente de frutas frente al causado por la bollería industrial: “No afecta de la misma manera”, resuelve la bióloga. La psicóloga nos explica que el índice glucémico es diferente y lo mejor es evitar esos alimentos ultraprocesados que no aportan nada.

Una recomendación de la doctora Ferrerós es “acompañar la fruta de alguna proteína, ya que todas las comidas siempre tienen que tener los tres macronutrientes”. En ese sentido, acompañar la fruta con un quesito o con un yogur y unas nueces aporta las grasas y las proteínas necesarias para evitar los picos.                                                                                                                        

Además, acostumbrar a los niños al azúcar natural y real de las frutas evita la ansiedad por azúcares ultraprocesados. Así, dejan de demandar azúcar en los picos hipoglucémicos. Sin embargo, “es normal, todos tenemos esa necesidad de dulces, sobre todos los niños porque necesitan energía”, admite la doctora. En esa línea, le preguntamos por alternativas saludables para calmar los antojos dulces.

Hay que “darles dulce real”, responde. “Por ejemplo, quieren un pan con crema de cacao, la podemos fabricar nosotros mismos, ya que es muy fácil. En vez de azúcar, ponemos un plátano, unos dátiles o cualquier fruta dulce, y lo trituramos todo y así nos queda una crema de cacao maravillosa. Con una elaboración tan sencilla como esta, se les quitará ese deseo de dulce y como lleva unos 250 gramos de avellanas de verdad, que contienen proteína vegetal de alta calidad y grasas saludables, eso compensa y queda equilibrado y por lo tanto no tendrán los picos hiperglucémicos”.

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