Debemos quitarnos de la cabeza la idea de hacer mucho ejercicio y comer poco para no engordar, ya que la alimentación y el ejercicio deben ir de la mano, pues cuándo y qué comes es fundamental para conseguir tus objetivos.
Hacer deporte consume mucha energía, por eso, comer dentro de un intervalo de dos horas posteriormente al ejercicio, ayuda a restaurar nuestros niveles de energía.
¿Alguna vez has escuchado la famosa frase: el desayuno es la comida más importante del día? Pues si eres de esas personas que entrena por la mañana, es recomendable que termines de desayunar al menos una hora antes de irte a entrenar.
Entre los alimentos más recomendables para desayunar, se encuentran, los cereales integrales, zumos naturales, plátano o yogur. Y si eres de esas personas que no puede salir de casa sin tomarse un café, antes de entrenar también es una buena opción.
Beber agua a diario es fundamental, pero lo es aún más antes, durante y después de hacer ejercicio
Respecto a los lácteos, siempre son una buena opción, en cualquier momento del día, ya que estimulan la síntesis de proteínas en los músculos, ayudando a recuperarlos después de hacer ejercicio.
Los carbohidratos, por su parte, ayudan a reponer las reservas de glucógeno, ya que hay ciertos ejercicios como el levantamiento de pesas olímpico y el culturismo que consumen el glucógeno almacenado en el cuerpo.
Las claras de huevo son muy habituales, seguro que si no las consumes, al menos lo has escuchado alguna vez. Pero diversos estudios desvelan que consumir huevos enteros después de hacer ejercicios de resistencia es una mayor síntesis de proteínas que consumir únicamente las claras.
Todos y todas sabemos que beber agua a diario es fundamental, pero lo es aún más antes, durante y después de hacer ejercicio, ya que mantenerse hidratado asegura que el cuerpo saque el máximo rendimiento del deporte que has practicado, y por supuesto después del entrenamiento es imprescindible para evitar la deshidratación.
Ayudar a nuestros músculos a sanar es posible gracias a las proteínas. Consumirlas después de hacer deporte ayuda a sanar los músculos y previene la pérdida de masa magra.