El agua representa más de la mitad de la composición de nuestro cuerpo, así que con las altas temperaturas y el aumento de la sudoración asociado es normal que necesitemos beber más y con más frecuencia para mantenernos hidratados y recuperar los líquidos. Y es que diariamente podríamos llegar a perder cerca de 2,5 litros entre el sudor y la orina.
Pero además de tomar los dos litros recomendados de agua al día, existen otras formas de aportar hidratación al organismo. La más importante, a través de la alimentación. Al igual que en invierno tomamos más calorías para protegernos del frío, durante esta parte del año conviene elegir comidas y alimentos frescos y ricos en líquidos que mantengan la humedad necesaria para el cuerpo.
ALIMENTOS RICOS EN AGUA
La alimentación es una de nuestras mejores herramientas para combatir el calor y prevenir la aparición de golpes de calor, pues de lo contrario el cuerpo se oxida y no es capaz de realizar las funciones vitales de manera correcta. Como verás a continuación, las frutas y verduras van a ser las reinas de nuestra dieta en verano por su procedencia natural y su inevitable elevada composición de agua. Además, son ricas en vitaminas y minerales:
- Sandía: es, quizás, la fruta estrella de todos los veranos. Contiene alrededor de un 92% de agua. También es rica en electrolitos y antioxidantes, lo que la convierte en una excelente opción para hidratarse y no sólo en las comidas, sino también antes de practicar deporte.
- Pepino: su composición se basa en un 97% de agua, así que es una verdura altamente refrescante e ideal para dar el toque de cualquier ensalada, aunque también puedes tomártelo sólo, a modo de tentempié. Tiene mucha fibra es fuente de las vitaminas C y E.
- Piña: esta fruta tiene cerca de un 87% de agua, así que no puede faltar en tus postres de este verano. Además de hidratar en profundidad, aporta vitamina C y bromelina, una enzima beneficiosa para la digestión y la absorción de los nutrientes.
- Apio: es muy rico en agua, ya que cuenta con un 95% de ella en su composición. Es muy común agregarlo a ensaladas, así que también puede ser un buen complemento. Tiene muchas vitaminas B, C y K, así como potasio, fibra y magnesio, por lo que estamos hablando de un vegetal muy completo.
La piel se compone de un 30% de agua, así que si no recibe una suficiente hidratación, pierde elasticidad y su función de barrera natural
- Fresas: químicamente, la fresa alcanza en torno a un 90% de agua. Funcionan muy bien como postre de temporada y están indicadas precisamente para reducir el colesterol, ya que contienen antocianinas, pigmentos que ayudan a reducir el colesterol malo en la sangre. También incorporan antioxidantes y vitamina C.
- Melón: es una fruta jugosa y refrescante conformada por un 92% de agua y un 6% de azucares naturales, así que es una de las mejores opciones para hidratar y recuperar al cuerpo después de cualquier deporte en verano. También es rico en vitamina C y potasio.
- Tomates: no pueden faltar en tu nevera por su gran versatilidad, ya que se pueden comer como plato único o como un ingrediente más de tus comidas. Cerca del 96% de los tomates son agua, así que trabajan como antioxidante del organismo, entre muchas otras propiedades. Además, contienen licopeno, un carotenoide antioxidante y antiinflamatorio que está indicado en enfermedades cardiovasculares y neurodegenetraivas.
- Lechuga: esta verdura de hoja verde se compone de un 96% de agua. Es una excelente opción para ensaladas en combinación con otro tipo de vegetales. De hecho, el agua de lechuga se utiliza como bebida refrescante y con numerosos beneficios para el organismo, incluso con efectos relajantes.
Como has podido comprobar, estos alimentos son viejos conocidos de la dieta mediterránea y muchos de ellos son la base de cualquier ensalada básica. Pero recuerda que su consumo no debe sustituir en ningún caso la toma de agua diaria recomendada, ya que de ella viene el mayor aporte de líquidos para el organismo. Si el cuerpo no está lo suficientemente hidratado, se corre el riesgo de desarrollar diferentes enfermedades, así como afecta al bienestar de la piel, provocándole un envejecimiento prematuro.