Ricas en magnesio, calcio, hierro y potasio, las alcachofas se componen principalmente de agua, lo que las hace muy interesantes de cara a dietas de adelgazamiento. Sus propiedades son infinitas, ya que además de ser bajas en calorías, son digestivas, diuréticas y depurativas, perfectas por ejemplo para bajar el colesterol.
España es el segundo país de Europa que más las consume, y además lo hace en todas sus versiones, ya sea en conserva, frescas o congeladas. Su parte más valorada, el corazón, se recubre de hojas que lo protegen y preservan, y es sin duda lo más utilizado en cocina.
En este sentido, conocemos las alcachofas al horno, fritas y cocidas, pero se pueden elaborar de mil maneras, como por ejemplo confitadas con brandada de bacalao y crujiente de ibérico, receta del gastrobar Bendita Locura Coffee & Dreams.
Ricas en magnesio, calcio, hierro y potasio, las alcachofas se componen principalmente de agua, lo que las hace muy interesantes de cara a dietas de adelgazamiento
Así, para prepararlas confitadas, lo primero que hay que hacer es quitarle las hojas exteriores hasta llegar a las más tiernas, trocearlas a la mitad (o no) y cubrirlas bien de aceite de oliva en una cacerola u olla, dejándolas hacer a fuego lento entre 45 minutos y 2 horas. Una vez que las hojas adquieran una textura melosa, estaremos más cerca de nuestras alcachofas confitadas.
''Si se quiere seguir nuestra receta, necesitaríamos además brandada de bacalao, jamón ibérico, pimientos de piquillo y germinados para adornar. El jamón, lo deshidrataremos al horno durante 45 minutos a 80ºC, y para la presentación, lo primero que colocamos es la salsa de piquillos en cuatro pinceladas, sobre las que va un corazón de alcachofa con brandada y por último el jamón con los brotes'', comenta Carlos Guevara, chef del gastrobar Bendita Locura Coffee & Dreams.
No son sencillas de hacer si no se es un experto en la cocina, pues la alcachofa tarda en hacerse y muchas veces se nos oscurecen sin saber el porqué, por ello buscamos siempre la manera más fácil de prepararlas, siendo las más comunes con taquitos de jamón, tal que unos guisantes o judías verdes, con bechamel, preparadas al ajillo o hasta rellenas de carne o en revuelto. Con setas y con arroz, en un risotto, también es una receta muy de invierno, con una elaboración más complicada pero con resultados sorprendentes. Pueden también formar parte de una menestra de verduras y cómo no, en purés o cremas.