El yoga es una disciplina aeróbica inspirada en la tradición milenaria india, con el objetivo de unir cuerpo y alma mediante la respiración abdominal. A través de una serie de posturas físicas, el yoga se desarrolla como una práctica espiritual que aúna ejercicios de inhalación y meditación.
Su etimología procede del término indio youg, que significa “unir”. Y su propia esencia es un reflejo de unión en todos los sentidos: la conciencia individual con conciencia infinita, la sinergia entre la tierra y el cielo, o de lo exterior con lo interior. Una dinámica que también puede unir vínculos si se practica en pareja.
Promueve la toma de conciencia del cuerpo, de la respiración y relajación mediante distintas secuencias lúdicas y rítmicas. Las asanas, o posturas en sánscrito, son el medio para llegar a la calma y el primer paso para comenzar con la movilidad.
Enseña disciplina a tu hijos mientras reforzáis vuestra complicidad
En el libro 'Yoga en Familia' de Alice Lageat y Béatrice Raphalen, una guía para aprender yoga junto a los niños e introducir la motricidad y movilidad global desde edades tempranas, los autores hablan de promover ciertas ideas de cara a las relaciones entre padres e hijos mediante la práctica de este ejercicio aeróbico. Destacan la humildad, perseverancia y concentración, como algunos de los valores que se pueden estimular a través del yoga en pareja.
DISCIPLINA Y CONCENTRACIÓN
Practicar esta forma de movimiento también requiere constancia y concentración. Para crear un espacio relajante donde se pueda llevar a cabo la meditación es esencial hacer un esfuerzo de atención.
Meditar es tomar conciencia de lo que somos y olvidar lo que nos rodea. Para ello, se requiere un importante ejercicio de concentración y practicarlo de manera constante. Acceder a nuestro silencio interior nos puede ayudar aclarar las ideas y facilita la toma de decisiones, lo que supone un importante avance de cara a la mejora de la autoestima, especialmente si lo mantenemos a largo plazo.
Llevarlo a cabo en un momento del día que resulte propicio, como antes de dormir, ayuda a que el niño se calme. No obstante, algunas secuencias pueden ayudar a activar el cuerpo e iniciar el día entre estiramientos.
REGULAR ESTRÉS Y OTRAS EMOCIONES
El silencio y la calmapueden convertirse en una herramienta para canalizar las energías. Funciona como equilibrante de emociones, sobre todo ante las situaciones de estrés y mejora la forma de gestionarlas de cara al futuro.
Descubre tu cuerpo, tu movilidad y libera emociones
La respiración y el esfuerzo físico se vuelven los agentes de relajación que conducen al clima perfecto para la meditación, es el proceso de toma de conciencia.
Ser padres puede llegar a ser muy estresante, y ante el alza de trastornos ansiosos, las respiraciones pueden ayudar a conducir a un estado de relajación que se consigue con el yoga. De la misma manera, el control de la respiración ayuda a que el niño aprenda a no distraerse y a controlar la angustia.
COMPLICIDAD Y COMUNICACIÓN
En ocasiones, la comunicación con los hijos puede ser complicada, pues no todos los niños se desenvuelven de la misma manera, al igual pasa con los padres. Por eso, muchos progenitores tratan de buscar elementos en común con sus hijos, como aficiones o deportes. El yoga supone una sinergia entre ambas: un método de bienestar físico y mental, que se puede transformar en un lugar compartido.
Además, puede ser una forma de abrir nuevas vías de comunicación y fortalecer vínculos con los hijos. Puede convertirse en un momento del día donde padres e hijos construyan un espacio especial que ambos compartan, una forma de fortalecer vínculos y estrechar relaciones.
También, previene del aislamiento tecnológico y propone otra forma de pasar el tiempo lejos de las pantallas azules.
POSTURAS RECOMENDADAS
En el libro recomiendan hasta tres tipos distintos de secuencias según su duración y dificultad. Algunas de las propuestas tienen una duración inferior a los 15 minutos. Las siguientes, algo más complicadas, son de entre 15 y 30 minutos. Y las últimas de mayor dificultad son de entre 20 y 30 minutos.
La primera propuesta de secuencias es la del saludo al sol, también llamada Surya namaskar, es un ejercicio revitalizante que activa todas las partes del cuerpo, perfecto para empezar el día.
Comienza con la postura de la montaña, que consiste en mantenerse de pie enfrente uno del otro mientras inhalan y exhalan profundamente, estirando el cuerpo. De ahí pueden estirar los brazos todo lo que puedan y pasar a otras posturas como la plancha o la pequeña cobra. Esta última puede ser muy beneficiosa a la hora de estirar o calentar los músculos: trata de tumbarse sobre el vientre y colocar las palmas de las manos en el suelo, justo debajo de los hombros para estirar la mitad superior del cuerpo.
La sucesión sigue con hasta 11 ejercicios que ponen a prueba la flexibilidad y la capacidad de concentración en ambos.